lunes, 28 de diciembre de 2015

Carta del Niño Jesús a los venezolanos

Niños Jesús escribe carta

Lo de “ayúdate, que yo te ayudaré”, no es solo una cita bíblica o un eslogan publicitario de ARS. Es la letra chiquita del contrato de peticiones de milagros entre ustedes y El Viejo, o sea mi padre
Estimados venezolanos, espero que estas navidades hayan sido diferentes. El milagrito se les cumplió, así que por favor ya pueden dejar de enviarme cartas todo el año solicitando lo mismo. Les comento que en estos últimos 17 años no he hecho más que tratar de complacerlos, pero recuerden que lo que me pedían no era cosa de soplar y hacer botellas. Ustedes tenían que poner un poquito más de su parte. Lo de “ayúdate, que yo te ayudaré”, no es solo una cita bíblica o un eslogan publicitario de ARS. Es la letra chiquita del contrato de peticiones de milagros entre ustedes y El Viejo, o sea mi padre.

Esto es tan cierto, que en aquella navidad del 2007, le pusieron un mundo al referéndum aquel y les metí la mano colocando el lacito al regalo que ustedes mismos se dieron. Aunque el Grinch lo calificó como “victoria de mier…”, tuvieron la oportunidad de saborear un dulcito de lechosa sin renegar de mi existencia. Por cierto, no se me olvida la mala fama de embarcador que me endilgaron por no haberlos complacido en elecciones anteriores. Esa se las tengo anotada.

Entiendan queridos amigos, El Viejo me dio la orden de dar felicidad a los niños dejándoles un regalito en el nacimiento o el arbolito. La petición de hacer ganar elecciones me la encasquetaron ustedes que son ya mayorcitos. La verdad vaya por delante, de ningún otro país me han llegado cartas como las de ustedes. Entre pedir que se vaya el Presidente, que el Magallanes sea el campeón de la temporada o que Osmel Sousa deje el Miss Venezuela, me han solicitado cada cosa que ni les cuento.

Para nombrar solo algunas de las extravagancias que me solicitan: ganar el Kino, lograr la Jefatura de Compras del Ministerio, que el hijo se convierta en grandes ligas o en Presidente de Polar, que la suegra se mude, que la vecina le pare bolas, que salga el trabajito en Ecuador, que acepten la solicitud de asilo político en EUA. Por si fuera poco, entre las más recientes: baterías para carro, cauchos, perniles, tintes para el pelo, paquetes de lentejas, ropa interior colombiana, medicinas para la tensión y whisky de 12. Comentario aparte las de los niños que piden regalos que cuestan una boloña.

¿Cómo complacerlos a todos?. Las finanzas celestiales también están en crisis. Los años de bonanza cuando disponíamos de recursos para comprar por montones de Barbies, carritos de pilas, velocípedos de plástico, Bebés Queridos, pistolitas de balines, patines de 4 ruedas, juegos de Monopolio y Pistas de Scalextric, pasaron a mejor vida. Hoy comprar al por mayor Laptops, Tabletas, Cámaras GoPro, Consolas de Videojuegos 3D, teléfonos inteligentes y bicicletas ultralivianas de 12 velocidades, es cada vez más difícil. Lo que queda es el antiguo recurso de la multiplicación de los panes, pero con los dólares. El Viejo se niega, dice que no imprimirá dinero inorgánico porque es pecado y dispara la inflación.

Nuestra crisis no ha sido igual a la de ustedes. El dinero que entró fue bien manejado y no hubo un solo caso de corrupción. Ni siquiera porque estaba uno que vino del infierno en Comisión de Servicios para sustituir temporalmente a San Martín Caballero, el encargado de las finanzas, quien se fue de reposo por una intoxicación con camarones. El problema fue otro, durante el período de las vacas gordas, los Santos que conformaban el Gabinete Económico no quisieron hacer inversiones por miedo a crear una burbuja financiera que generara una crisis futura. Esta falta de visión macroeconómica nos estancó.

Así las cosas, para estas navidades me permito hacerles una petición. No se asusten, no es nada del otro mundo, o sea de este. Simplemente les pido que para el próximo año me invoquen menos y hagan más por ustedes. Vamos a seguir dividiéndonos el trabajo como siempre lo hemos hecho. Déjenme a mí la tarea de seguir haciendo felices a sus hijos en Nochebuena; y ustedes dedíquense a hacer de Venezuela el lugar que alguna vez fue: un país alegre, tolerante, trabajador, solidario y sin resentimientos. Les aseguro que a mí y a El Viejo, nos encantaría.

Sin más nada que agregar y con mis más sinceros saludos celestiales y la bendición de El Viejo, se despide de ustedes deseándoles de corazón una feliz navidad y un próspero año 2016. Su amigo, El Niño Jesús. PD: El Espíritu Santo les manda muchos saludos.



lunes, 14 de diciembre de 2015

El pueblo se equivoca, el Partido no

Diodado Cabello y Nicolás Maduro

Estos remedos de santurrones se pretenden el alfa y el omega de la humanidad. Quién no piense como ellos, está irremediablemente en contra del camino hacia el paraíso socialista. Si alguno cree que exagero pues fíjese en las reacciones de los líderes rojitos
Si algo ha caracterizado a los comunistas en todas las épocas, es el asumirse dueños de la verdad. Para el imaginario marxista ese don de la sabiduría los ha autorizado para guiar a las masas hacia su redención definitiva. Más que revolucionarios que analizan científicamente la realidad, parecen predicadores remueve culpas de domingo en la mañana, tal como diría mi difunta comadre Dora Molina, al referirse a quienes alteraban con un timbrazo, el desarrollo natural del ratón producido por la juerga de la noche anterior. ¡Un total fastidio!.

Estos remedos de santurrones se pretenden el alfa y el omega de la humanidad. Quién no piense como ellos, está irremediablemente en contra del camino hacia el paraíso socialista. Si alguno cree que exagero pues fíjese en las reacciones de los líderes rojitos ante la soberana tunda recibida el 6D. Nunca asumieron la culpa de la debacle del 6D. Todo el ganso se lo echaron a sus “infieles compatriotas”, quienes se habrán dejado engañar por quienes no siguen al profeta y su legado.

El primero fue Nicolás. Dijo que ese revolcón electoral fue producto de una confusión del pueblo que cayó bajo los efectos de una especie de burundanga colectiva que le echó la oposición. En su alocución prácticamente se compadecía de la ignorancia de un pueblo que siguió a esos falsos profetas y desviándose del camino de la luz representada por él en nombre de Chávez. Pero volverán al rebaño, sostenía el heredero, cuando se den cuenta de que la verdad está en su verbo y no en el de los apátridas.

El actual presidente de la AN no fue menos. Se encargó de remover la culpa de los chavistas traidores a la memoria del difunto. Les echó en cara que tal equivocación les traerá consecuencias y posterior arrepentimiento. Sin embargo la bondad de la revolución los acogerá nuevamente en su seno, cuando recapaciten y regresen solícitos a los brazos del señor…..Maduro. Como buen apóstol, manifestó que se mantendrá en su predicamento. Entendemos que llevando la palabra de la revolución a las catacumbas de la calle como dijo Bernal en Vladimir a la 1.

Otro que alegó algo parecido fue el refinado Embajador Roy Chaderton. Expuso ante los periodistas que el rebaño se dispersó por la hegemonía mediática de quienes son enemigos del “proyecto”. Vuelve la tesis de un pueblo que, como los judíos liberados por Moisés, se apartaron del camino verdadero para seguir ídolos falsos y sucumbir ante las engañosas promesas de quienes, ayudados por el imperio (o sea Satán), lavaron el débil cerebro de los seguidores del Comandante Eterno y su representante en la tierra, Nicolás Maduro.

Finalmente, y en orden descendente porque no se trata de un apóstol, el candidato perdedor Pérez Pírela señaló en el programa que transmite en el “canal de todos los venezolanos”, que la oposición debe entender que esos votos que le dieron la victoria, no son suyos. Según este ideólogo de la iglesia que fundó Chávez, los que votaron por la oposición son chavistas extraviados que más temprano que tarde volverán a la feligresía revolucionaria cuando se den cuenta del desvarío cometido.

El mensaje es claro. La oposición que no se haga ilusiones. La grey es esencialmente chavista y por lo tanto devota del comandante, su legado y sus apóstoles. Bastará la palabra del alto clero dojo, dojito, para sacarlos del embrujo y la penitencia por tal inconsecuencia será ir de rodillas desde Plaza Venezuela hasta el Cuartel de la Montaña repitiendo por todo el camino: “más nunca lo haré, lo juro Chávez, más nunca”. Así serán perdonados y recensados en el PSUV, el Partido que puede pensar por usted.

En conclusión, para estos marxistas, si en política hay alguien que se equivoca, siempre será el pueblo, el Partido no.

lunes, 30 de noviembre de 2015

Voto por ver

Caldera-Pérez

Cuando éramos un país con una democracia más o menos normal, la contienda electoral se asimilaba a un juego Caracas-Magallanes
Para la gran mayoría de los venezolanos las elecciones siempre han tenido cierto sentido de apuesta. Cuando éramos un país con una democracia más o menos normal, la contienda electoral se asimilaba a un juego Caracas-Magallanes, por supuesto la participación de otros candidatos animaban el asunto pero la atención se concentraba en los dos partidos que monopolizaban las simpatías de los votantes.
Si bien es cierto que adecos y copeyanos se batían en un contrapunteo que a veces llegaba a situaciones de extremado fanatismo haciendo relucir trompadas, mentadas de madre y botellazos, eran casos aislados producto de unos tragos mal bebidos o de provocaciones de los jodedores de la cuadra. Al igual que la de caraquistas y magallaneros, era una rivalidad que sabía hasta donde tensar la cuerda. De hecho, no era impedimento para casamientos, compadrazgos y mucho menos para formar parejas en el juego de dominó o para sellar el cuadrito en comandita los domingos en la mañana.

Recuerdo que un par de semanas luego de cada elección, retornaba al barrio la convivencia sin revanchismos o triunfalismos odiosos y antipáticos. Y en eso incluyo a los comunistas quienes, aunque le parezca mentira a los jóvenes lectores de hoy, eran los que más civilizada y democráticamente acogían los resultados. La estruendosa derrota de la lucha armada en la década de los sesenta y la convocatoria a participar en paz en el juego democrático, los hizo ciudadanos muy críticos, es cierto, pero muy respetables gracias a la oportunidad recibida para hacer aportes en la política, la ciencia y la cultura.
Eran los años en que Venezuela, sin ningún prurito por diferencias ideológicas, acogía a los desterrados de los países donde se habían impuesto dictaduras de derecha o de izquierda. Todos tuvieron espacio en esta tierra de tolerancia y de oportunidades. Desde militantes de la izquierda radical chilena, montoneros argentinos, tupamaros uruguayos, y guerrilleros nicaragüenses, hasta disidentes y perseguidos por la Cuba marxista de los Castro. Absolutamente todos fueron recibidos sin pedir más condiciones que la de integrarse en paz a nuestra cotidianidad democrática.

Eran tiempos en que hacer política no constituía ningún riesgo. Todavía, hasta 1998, asistir a una concentración o un mitin partidista era una actividad tan natural que asistían familias enteras, incluida la abuela de 90 años dispuesta a abalanzarse al líder de turno para estamparle un beso en la frente y darle la bendición. Se completaba la escena con el candidato arrodillado esperando la foto que saldría en la primera página de los diarios más importantes del país. Definitivamente eran otros tiempos.
El chavismo acabó con esa Venezuela. La política pasó de ser una confrontación cívica y democrática a convertirse en una actividad destinada a eliminar al otro por cualquier medio, incluida la persecución, la inhabilitación, la prisión o hasta la muerte. El argumento de la fulana lucha de clases ha servido para justificar atropellos, abusos de poder, violación de derechos humanos, torcer la ley, irrespetar la constitución, quebrantar acuerdos, castigar disidencias y para el uso discrecional de los dineros de todos los venezolanos, para provecho propio o de terceros. Con el cuento de la democracia popular desdibujaron la democracia ciudadana.

La Asamblea Nacional de hoy se ha convertido en la máxima expresión de esa manera despótica de hacer política. Los abusos son el plato fuerte de cada día. Y no me refiero solamente a la conformación de la Directiva del parlamento y de las comisiones, donde se irrespetó la representación de la oposición al no asignarle ningún cargo, también hay que agregar el continuo irrespeto del Reglamento Interior y de Debates, o la vista gorda ante la agresión física y criminal a Diputados de la oposición en pleno recinto y a la vista de todos, porque fue televisada.

Pero a mi entender de los mayores atropellos al pueblo venezolano realizados desde la Asamblea Nacional han sido, por una parte, la actitud negligente y cómplice de la mayoría chavista al negarse a interpelar a los ministros para que rindan cuentas de sus actos, y por la otra, el negarse de manera reiterada a toda investigación de corrupción hecha por los diputados opositores. Esto último es el peor daño que le han hecho al país. Han sido 5 años de complicidad estrecha con la corrupción.

Es por todo esto que estas próximas elecciones parlamentarias tienen un sabor especial. Todo lo demás se podrá comprar con la tarjeta de crédito aquélla, pero ver a los abusivos diputados rojitos de la actual Asamblea perder estrepitosamente las elecciones, no tiene precio. Si en el póker los jugadores resteados pagan por ver la mano de quien se sospecha blufea, en estas elecciones votaré solo para ver la cara del actual Presidente de la Asamblea Nacional al enterarse de la paliza recibida por el pueblo venezolano como castigo a la barbarie y al abuso descarado.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Parrita, el nacimiento de una leyenda

Bachaqueo

“Parrita es el símbolo de la resistencia al socialismo. Frente a un Estado autoritario que ha asfixiado a la economía y antela negación de la libertad a un consumidor impedido de desplegar su libre albedrío para escoger los bienes ofrecidos en el mercado..."
No soy ni pretendo ser una mala copia de Fernando del Rincón. Esta columna tampoco pretende hacerle competencia a Conclusiones, ni más faltaba. Mi audiencia, aunque igual de respetable, está unos cuantos millones por debajo de la del programa de CNN. Nuestro hablar petareño y escuálida figura, así como nuestra humilde condición de colaborador quincenal en este diario, por cierto ahora digital por la voluntad de Dios…. (los puntos suspensivos son autocensura), hacen imposible cualquier equívoco. Pero, al igual que Del Rincón, llevé a la fama a un personaje hasta hace unos días desconocido, me refiero a Parrita, el Bachaquero Mayor.
Hace exactamente quince días hice pública una entrevista al hoy famoso personaje. Su condición de postgraduado en una muy exigente universidad extranjera, el dominio de varios idiomas y una amplia cultura sobre la compleja temática económica, aunado a su indiscutible éxito como bachaquero, lo hacen de suyo un personaje atípico en un país donde los talentos prefieren emigrar para asegurarse mejor vida. A raíz de esa entrevista Parrita pasó a ser un mito. De hecho, nació una leyenda.

Hoy todos buscan a Parrita. Tengo el teléfono atiborrado de correos, tuits y mensajitos de texto preguntando dónde ubicarlo. Damas que requieren tinte para el pelo, acetona, champú, toallas sanitarias con alitas, desriz, harina de maíz, aceite, pasta y detergente, acuden desesperadas a mi oficina en la universidad preguntando sobre las coordenadas para dar con Parrita. No son menos los caballeros clamando por desodorantes que no sean de bolita, jabón de olor, tinte para el pelo, cauchos y peines de carey. Todos juran que mantendrán el secreto de su paradero.

Su popularidad en pocos días ha alcanzado elevados niveles. En los mercados libres ya se venden franelas con la inscripción “I Love Parrita”; los buhoneros tienen chapas donde se lee “Todos somos Parrita” y hasta hay paredes con pintas que advierten “Aquí estuvo Parrita”. Muy peculiar el grafiti en la autopista hacia Coche. “Parrita viene, y viene arrecho” es lo que leen los conductores que van por el canal rápido. No puedo dejar de mencionar los volantes que dejaron sobre la capota de un camión de repollo en Quinta Crespo, “Parrita pa’ Presidente”, era el mensaje que contenía.

El nivel de fanatismo ha llegado a tal punto que han proliferado afiches por la ciudad sin más mensaje que una enorme P ladeada. Sospecho que algunos activistas quieren replicar el guión de aquélla película escrita por Alan Moore y protagonizada por Hugo Weaving, titulada en inglés V for Vendetta, o V la Venganza como se comercializó en el mundo hispanoparlante. Uno se pregunta ¿qué han visto en Parrita para convertirlo en un Héroe casi mítico, en casi una leyenda popular?, ¿es que acaso ser bachaquero se ha convertido en motivo de admiración y respeto?.

Indudablemente que hay algo más que el desarrollo de una simple actividad lucrativa y oportunista. Me apresuré a preguntar a mis colegas expertos en Psicología Social y Sociología. Estos brillantes profesores, entre disertación y disertación, no dejaban de preguntarme donde conseguir a Parrita. A uno de ellos le había nacido un nieto y no conseguía ni pañales ni el chupón ergonómico recomendado por el Pediatra, a la otra colega, se le había acabado el aceite de oliva y tenía planificada una fideuá para el domingo. Como todos, me juraron por este puñado de cruces mantener el secreto.

Luego de profusos análisis, por fin me dieron la clave para entender ese fenómeno de masas, tal como lo denominaron. “Parrita es el símbolo de la resistencia al socialismo. Frente a un Estado autoritario que ha asfixiado a la economía y antela negación de la libertad a un consumidor impedido de desplegar su libre albedrío para escoger los bienes ofrecidos en el mercado, insurge una figura como Parrita para garantizar el despliegue de esa voluntad autónoma y dinamizar la economía. Parrita es un arquetipo de libertad que se ha instalado en el imaginario del venezolano”, concluyeron.

“O sea, déjame ver si entiendo”, respondí con cara de falso asombro, “¿Entonces Parrita no es solo un proveedor de bienes a Buhoneros, que opera en la clandestinidad con el apoyo de una red de cómplices que lo encubren y que gana una boloña vendiendo al triple lo que compró por centavos, sino que también se ha convertido en un icono de la lucha por la libertad en Venezuela?”. Luego de observar el movimiento afirmativo de sus cabezas, rematé, “vaya pa’ la auyama colegas, la verdad es que a este país se le corrió una teja”.

Qué les parece, lo llevé a la fama sin proponérmelo. Finalmente, para los que siguen escribiendo solicitando la dirección de Parrita, olvídenlo, no tengo sangre de Patriota Cooperante. Y con respecto a ti Parrita, si estás leyendo estas notas, haz lo posible por comunicarte conmigo, manda a algunos de tus compinches con papel tualet, jabón de baño, whisky barato y pollo. Con tantas reuniones con los expertos para hablar sobre ti, se gastó lo poco que quedaba en la despensa. Por cierto, te has convertido en una leyenda. Administra bien tus 15 minutos de fama.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Parrita, el Bachaquero Mayor

Bachaquero
Confesó que ante la disyuntiva de irse a otro país prefirió incursionar en el Bachaqueo con todos los riesgos que eso implicaba. Él lo llama “Comercio Clandestino de Supervivencia (CCS)”
-Aló Rufino, qué hubo viejo, por aquí llegaron las negritas, esas que te gustan tanto, y llegaron con un rico perfume olor a café. Las muy guapachosas dijeron que cuando te vieran iban a darte una buena enjabonada. Por cierto no te he mandado el fax por falta de papel, pero ya me llegó, ¡ah!, se me olvidaba, si quieres desinfectar la pinta, avísame-. Responden desde el otro lado de la línea, -Copiado Parrita, mañana te caigo-. Este dialogo parece de locos, pero no lo es. Es la nueva estrategia de Marketing utilizada por Parrita para promocionar su mercancía, no por capricho lo llaman “El Bachaquero Mayor”.
Esta es una modalidad de mercadeo que está implementando Parrita, el proveedor de los buhoneros desde Petare hasta la Cortada del Guayabo. Si contratáramos al experto en semiótica que en el juicio a Leopoldo le tiró la cabra pal’ monte al gobierno, podría descubrir que se trata de mensajes cifrados donde se informa sobre la existencia de caraotas, café, jabón de baño y papel higiénico. Del precio no se habla, porque se negocia para el momento de la transacción de acuerdo a la cotización del Dólar Tonight, porque el del Day está proscrito.
No soy periodista, pero si curioso. Tomé mi grabadora de cassette y me fui en busca de Parrita. Dar con este personaje no fue nada fácil. Di vueltas por la Redoma de Petare, por el mercado de Chacao y el Bulevar de Catia, pero nadie me dio señales de Parrita. No exagero si digo que noté cierta desconfianza y a veces hasta rechazo. Todos pensaban que era un espía del gobierno a la caza del más buscado de los bachaqueros. La clandestinidad lo protege, además de una red de aliados e incondicionales a los cuales abastece. Así elude a los cuerpos de seguridad del estado, del municipio y hasta de la parroquia.
Una tarde, estando en el mercado Guaicaipuro, ya tirando la toalla, convencido de que Parrita era un invento o una suerte de leyenda urbana creada por los buhoneros para despistar a sus perseguidores y desviar la atención, se me acercó un jovencito vendedor de mango tasajeado en bolsitas y me dio una nota. Decía el papelito parafinado de esos que dan con las empanadas: “Parrita está dispuesto a concederle una entrevista. Mañana a las 17 horas espere en el puesto de franelas del caimancito, las que son imitaciones chinas”. El joven se perdió entre los buhoneros, no lo vi más.
A la hora fijada llegue al sitio indicado. Esperé un buen rato, hasta compré una chemise carísima a sabiendas de que era una vulgar imitación. Ya cansado de la espera y cuando decidido a marcharme boté el último cigarrillo, se me acercó un vendedor de mentol chino con una culebra de plástico en el cuello. Me indicó que lo siguiera. Los recovecos eran interminables, el vendedor de mentol me entregó a una vendedora de estatuitas de la Virgen del Valle, también hechas en China, que finalmente me guió al encuentro con el misterioso Parrita. El lugar de la entrevista, detrás de un camión de plátanos.
Allí estaba, sentado en un guacal de cambures. De pie y a sus espaldas, cinco fornidos caleteros que de tanto cargar sacos y comer completo, parecían agentes de seguridad de la Casa Blanca. Era un hombre de unos 40 años, bajito y regordete, con una franela que le dejaba ver el maruto porque la masa abdominal le impedía que se lo cubriera. En la boca tenía un gran tabaco sin prender que, por cierto, cuando lo sacó me pareció ver que la etiqueta decía Made in China. A su alrededor, montadas unas sobre otras, pacas de harina de maíz, pasta, arroz, café y azúcar. Indudablemente era una demostración de poder.
Le pregunté si Parrita era su verdadero apellido. Me contestó que no, que la vida clandestina lo obligaba a utilizar seudónimos para proteger a su familia. Indicó que era economista graduado con Honores en Penn State y ex trabajador de una gran empresa expropiada por la revolución que hoy no produce nada. Confesó que ante la disyuntiva de irse a otro país prefirió incursionar en el Bachaqueo con todos los riesgos que eso implicaba. Él lo llama “Comercio Clandestino de Supervivencia (CCS)”. Piensa escribir un tratado sobre el tema. Considera que es necesario un sustento teórico de su actividad.
Con pose académica explicó: “El CCS es una actividad comercial que florece en la tierra árida del comunismo. Al estrangularse el mercado formal, bien por ineficiencia gubernamental o por políticas que no valoran la trilogía Inversión-Riesgo-Ganancia, surge de manera espontánea un mercado subterráneo que descentraba el aparato productivo para satisfacer una sociedad ávida de productos. Allí es cuando intervenimos nosotros como mediadores entre la oferta y la demanda”. Un escolta le encendió el tabaco. El humo y la oscuridad daban un ambiente de resistencia francesa de la 2da Guerra Mundial.
La entrevista terminó abruptamente. De la nada apareció una vendedora de hallaquitas de chicharrón y le dijo algo al oído. Al parecer llegó al mercado un contingente de policías en su búsqueda. Antes de desaparecer entre tarantines de verdura, peluquerías improvisadas, ventas de CD quemados y de franelas del beisbol profesional venezolano, para variar también hechas en China, me ofreció un combo de harina de maíz, arroz y detergente por un precio aceptable. Se lo compre por cuestión de subsistencia. ¿Será cierta su teoría?. Ese es Parrita, el Bachaquero Mayor.

lunes, 19 de octubre de 2015

Le robaron el futuro

Empanadera Cumaná

Los que conocen a Lolimar comentan que la ven todos los días en la playa, pero a diferencia de sus amigas que la frecuentan para broncearse, está atendiendo el puesto de empanadas de Hortensia, a quien la tristeza y la impotencia la postraron en una cama. El sueño de Lolimar murió ahogado en un mar de mentiras gubernamentales
Lolimar estudió primaria en una escuelita pública de su ciudad natal al norte del estado Sucre. Su familia, gente de mar, abrigó sus esperanzas en esa niña. Es la menor de 4 hermanos, todos pescadores. Desde muy temprano enseñó un gran talento. Todos los años ganaba la medalla a la mejor estudiante, pero siempre la recibió sola. Sus padres y hermanos, si no estaban pescando, negociaban el producto de la jornada y misia Hortensia, su madre, no podía darse el lujo de dejar el puesto de empanadas en el mercado local. Un día sin venta descalabraba el presupuesto.

Culminada la primaria, Lolimar fue inscrita en el Liceo de la capital del estado ya que en su pueblo no había manera de continuar los estudios. Su tía Camucha, la de Cumaná, le dio albergue y sustento. Tenía que seguir estudiando. El bachillerato fue duro, pero con tesón logró culminar el tercer año. Aún con todas las dificultades y precariedades, su promedio no bajaba de 19 puntos. Pero había que tomar una decisión. O regresaba al pueblo a vender empanadas o continuaba los estudios. Ante tal disyuntiva, Hortensia, como buena guayqueri, se plantó e impuso que la inscribieran en el mejor colegio privado. Había que garantizar que se preparara para optar un cupo en la universidad. Ser médico era su norte.

Había que pescar el doble y vender empanadas hasta altas horas de la noche de lunes a domingo. El Colegio era caro pero bien valía la pena el sacrificio. Lolimar respondió. Su promedio oscilaba entre 19 y 20 puntos y en su último año varios veinte se lo ubicaron finalmente en 19,8 puntos, convirtiéndose en la mejor alumna, no solo de su promoción, también del estado. Con esas calificaciones no había dudas. El cupo estaba asegurado. Pero no todo era felicidad, había un problema. Estudiar en la UCV como lo quería, era imposible. Vivir en la capital de la república era un lujo que su familia no podía costear.

Optó por la universidad de la región, en ella se ofrecía medicina. Camucha estaba dispuesta a seguir ayudándola, aunque su sustento apenas alcanzaba para medio sostenerse. Cuidar un baño de damas en un restaurant no daba mucho. Pero todos apostaban a Lolimar. Don Rogelio, su padre, solicitó un préstamo a cuenta del peñero y sus hermanos decidieron adentrarse más allá para lograr una mejor pesca. Un médico en la familia ya no era un sueño imposible. Hortensia decía que si todos remaban llegarían a puerto seguro y ya el puerto se dejaba ver en el horizonte. Era cuestión de no desmayar.

Lolimar llenó su planilla por internet, tal como se lo habían indicado en el Colegio. Confiada en que su promedio era su mejor credencial, espero tranquila la publicación de las asignaciones. Mientras tanto, repasaba biología y química, no quería presentarse en la universidad sin el apresto necesario. Finalmente llegó el gran día, se publicaron las listas. Se buscó varias veces y no se encontró. Ha debido haber un error pensó, no es posible que hayan sido asignados bachilleres con menor promedio de notas que ella. Dijeron que saldría un segundo listado, pero tampoco apareció su nombre.

No entendía. Un funcionario del Ministerio le explicó que no solo el promedio bastaba, que había otras variables como la acción social y las condiciones socioeconómicas que se tomaban en cuenta para construir su índice de asignación. Menos entendía. De cuál participación social le hablaban, si ella lo único que ha hecho en su vida es estudiar. ¿Condiciones socioeconómicas?, pues quien más pobre que su familia, que ni techo propio tienen, el ranchón donde viven es prestado. Luego le dijeron que aparecería un tercer listado para subsanar casos como el de ella. Tampoco apareció en ese.

En la reunión familiar se buscaron opciones, pero todas eran muy costosas. Ni pensar en estudiar en una universidad privada, además medicina solo se ofrece en las universidades públicas. Ir al exterior, menos. Estudiar otra cosa, como muchos le insistieron, tampoco era una opción. Porqué estudiar Veterinaria o Bioanálisis si lo que amaba era hacerse médico, respondía con un dejo de indignación cada vez que le asomaban la idea. “Tanto esfuerzo para nada”, concluía cuando le tocaban el tema.

Los que conocen a Lolimar comentan que la ven todos los días en la playa, pero a diferencia de sus amigas que la frecuentan para broncearse, está atendiendo el puesto de empanadas de Hortensia, a quien la tristeza y la impotencia la postraron en una cama. El sueño de Lolimar murió ahogado en un mar de mentiras gubernamentales. Ella está convencida de que su presente está en ese ventorrillo que dará de comer a su familia. En cuanto a su futuro, pues no dice mucho, simplemente piensa que se lo robaron, por eso entiende a tantos jóvenes que han podido irse del país buscando otros horizontes.

lunes, 5 de octubre de 2015

Dos países, dos crónicas sociales

Dos países, dos crónicas sociales

Boda

Mientras que el polo que está en el poder se ha unido haciendo caso omiso a ideologías y doctrinas, en el otro se agreden por defender ideologías y legados, que no les permiten observar que todos viven igual de mal
Dos países conviviendo en un mismo territorio, eso es lo que vemos en la Venezuela del socialismo del Siglo XXI. Entre ambos se ha ensanchado cada vez más la brecha. Y no me refiero a dos países enfrentados por ideologías políticas o por odios clasistas o religiosos. En este socialismo tan peculiar no es precisamente la tan manida lucha de clases la que está motorizando la división entre los venezolanos. Mucho menos, como en otros países, legendarios conflictos no resueltos. Son dos países totalmente asimétricos. Uno de ellos conformado por la inmensa mayoría, no importa que se hagan llamar chavistas, justicieros, progresistas, adecos, copeyanos, masistas, banderosos o cualquier otra denominación disponible; y otro, compuesto por una minoría que ha gozado y goza de las mieles del poder y del petróleo desde hace 16 años, sin rendirle cuentas a nadie y sin pretensiones de soltar la teta del Tesoro Público.
Caracterizar a estos dos países nos llevaría demasiado espacio y quizás sea hasta tedioso. Recurriremos a la crónica fabulada para intentar explicar nuestra tesis. Haremos la crónica de dos celebraciones llevadas a cabo por un motivo similar: una Boda. Narraremos la celebración del casorio de Tatiana Patriaquerida, joven de alcurnia revolucionaria y entrada libre en CADIVI, que cautivó con su belleza a lo más granado de la nueva oligarquía venezolana. Luego haremos la reseña del ágape que amigos y vecinos organizaron a Sofía del Carmen Martínez, por haber contraído nupcias, desoyendo las recomendaciones de los mismos amigos y allegados. La joven Sofía es la típica niña de una clase media que no tiene acceso a Miraflores ni a dólares preferenciales, pero que no renuncia a los rituales y festejos de los acontecimientos que “no deben pasar por debajo de la mesa”. Aquí las dos crónicas.
La Boda de Tatiana Patriaquerida.  “Engalanada con un alucinante traje blanco de organza diseñado por el cotizado modisto D'Artagnan de la Charnequé, se presentó a la celebración de su Boda la elegantísima camarada Tatiana Patriaquerida, mejor conocida en el Jet Set caraqueño como La Tati. La fiesta agrupó a lo más granado y revolucionario de la ciudad. Corrió el whisky 18 años traído directamente de Escocia y sin la franjita roja del Puerto Libre. Los invitados degustaron este elixir con cubitos de hielo elaborados con agua extraída de los más cristalinos manantiales de los Alpes Suizos. La mesa principal estuvo ocupada por la Dirección Nacional del Partido y sus acompañantes (no supimos distinguir entre esposas y mozas), reservándose el resto para contratistas, intermediarios y altos funcionarios que hayan demostrado súbita prosperidad en el ejercicio de sus funciones. El jolgorio fue amenizado por tres de las mejores orquestas de música bailable del Caribe, siendo la sorpresa de la noche la interpretación de El Danubio Azul por la Sinfónica de Viena, contratada  expresamente para este agasajo por El Padrino de la Boda, a quien, por cierto, todos besaban el anillo como gesto de agradecimiento por tan emotiva ocurrencia. No faltaron los vinos franceses e italianos para acompañar una exquisita entrada de caviar y langosta, quedando el plato principal conformado por Jabalíes cazados en la campiña francesa a solicitud del novio, el distinguido camarada Rosendo Choreo Loquepuedo, quien departió largo rato con los Embajadores de los países amigos, quienes no pasaban de cinco. Al filo de la medianoche, los novios partieron de luna de miel a la lejana Andorra, desde donde tomaron un crucero con destino desconocido y, según informaron algunos de los invitados, por tiempo indefinido”.    
La Boda de Sofía del Carmen Martínez. “El Salón de Fiestas del Edificio Desengaño, ubicado en una de las urbanizaciones más prestigiosas del Este de la ciudad, se vio engalanado con las cadenetas de papel cebolla que colgaban de esquina a esquina y los globos multicolores que indicaban el camino desde el estacionamiento hasta la entrada del local. La música bailable y el ponsigué embotellado en enormes recipientes de agua mineral comprados en la Vía Coro-Puerto Cumarebo, hicieron que los invitados festejaran hasta el amanecer. Se celebraba la Boda de Sofía del Carmen Martínez, quien contrajo nupcias con su prometido de toda la vida Heriberto Mejodo Panada. Sofí, como se le conoce en nuestro Mar de la Felicidad, lució un traje elaborado por su vecina, Doña Cupertina Sifontes, quien hizo gala de su destreza y arte en la costura, al agregarle a un traje de su tía ya fallecida, unas delicadas mangas de tul extraídas del vestido de la Primera Comunión de Yolandita, su pequeña nieta. No se hicieron esperar los regalos, los cuales fueron mostrados a través de una caja transparente, vigilada muy de cerca por los hermanos de la novia. Se podían divisar bolsas de detergente, frascos de mayonesa, toallas sanitarias, paquetes de harina de maíz, una latica de Pirulli y las muy preciadas caraotas, las cuales fueron obsequiadas por el Padrino de la Boda quien no soltó prenda sobre donde las había adquirido. La extraordinaria organización del festejo fue la comidilla de la noche. A cada invitado se le suministraba una bolsita plástica con tres pliegues de papel tualet. Esto impidió la desaparición temprana de ese importante aditamento. No faltaron los pasapalos que evitaran borracheras sobrevenidas. Como entrada, yuca sancochada con repollo rayado; al terminar la Hora Loca, yuca frita con repollo rayado y, al amanecer para reanimar el cuerpo, el caldito bien caliente que quedó de la yuca sancochada, pero esta vez sin repollo. El plato principal fue un crisol de sorpresas ya que cada invitado llevó algo preparado y todo se juntó en platicos de torta que fueron repartidos después del brindis. Al final de la velada los recién casados huyeron subrepticiamente a disfrutar de su Luna de Miel. Información suministrada por sus más allegados deja ver que salieron para Macuto a pasar el día, porque el lunes había que trabajar”.
Estas crónicas describen la real polarización en Venezuela. Un polo minoritario y corrupto que se está comiendo la parte del león y otro, la gran mayoría, que recoge las sobras que a aquél se le escurre entre los dientes. Mientras que el polo que está en el poder se ha unido haciendo caso omiso a ideologías y doctrinas, en el otro se agreden por defender ideologías y legados, que no les permiten observar que todos viven igual de mal. El socialismo del siglo XXI ha convertido a Venezuela en un territorio que aloja dos países, en uno viven Las Tatis, y en el otro viven las Sofis.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Dream Team de Fiestas y Conmemoraciones Escolares

Dream Team de Fiestas y Conmemoraciones Escolares

Protesta al 4f

Otros, los mas puntillosos, manifiestan que pagarían entrada para observar a los maestros explicar cómo un día en el que se realizó un intento de Golpe de Estado y de Magnicidio, de ataque cruento a una mujer y sus hijas solas en La Casona y con más de 100 muertos como saldo, pueda tildarse como un día de dignidad

Un colaborador que se las eche de cronista no podía pelar el boche de escribir sobre la infame sentencia que la Juez Barreiro le encasquetó a Leopoldo López. Han sido tantas las críticas a tal aberración jurídica emitidas en artículos de prensa, cartas dirigidas a la Juez, mensajes de tuiter, de texto, WastApp, en papagayos y declaraciones a través de los medios que corro el riesgo de que mi humilde contribución sea repetitiva o quede muy mal parada ante brillantes disertaciones sobre el juicio de la ignominia, como acertadamente lo han calificado opinadores de todas partes del mundo democrático.  Por ello prefiero pasar agachado con el tema, no sin antes dejar constancia que me uno a la protesta mundial. Ah!, y a la Juez Barreiro, pues que Dios la perdone, porque por estos lados no creo que haya alguien sensato dispuesto a hacerlo. Bueno, mi Tía Clorinda podría ser la única, ella cree que el pobre Judas traicionó a Jesús sin proponérselo, debido a que los romanos lo engatusaron con burrundanga.
En esta oportunidad me referiré al asunto de la efemérides escolar organizada por el Ministerio de Educación para el año escolar 2015-2016. Por si no se fijaron, me ahorré las dos P de las siglas ministeriales por mentirosas. Para los no familiarizados con el término, las efemérides aluden a hechos relevantes que las sociedades, en una suerte de consenso implícito, consideran deben ser recordados y conmemorados año a año. Así, se reseña un día del calendario, bien porque en esa fecha ocurrió un acontecimiento digno de ser recordado, o bien la fecha es designada arbitrariamente por el ejecutivo para celebrar o conmemorar cualquier hecho importante. En ambos casos se establece oficialmente cual será el día festivo por un acto de gobierno a través de un Decreto o Resolución Ministerial. Entonces, por ejemplo, hay un Día del Árbol Nacional (29 de mayo), no porque ese día haya nacido el primer árbol en Venezuela, sino porque fue un 29 de mayo de 1948 cuando el Presidente Gallegos (No Chávez, ¡mosca!), Decreta el día del Árbol Araguaney como Árbol Nacional, a partir de ese momento en todas las escuelas del país se canta el Himno respectivo, y los chamos más avispados se meten en la comisión de cartelera para evadir las horas de clase. También hay fechas como la del Natalicio del Libertador Simón Bolívar que no se pueden asignar al antojo de algún gobernante por más galáctico que sea.
Al revisar la Resolución Ministerial Nro. 77, con las fechas a conmemorar de manera obligatoria en las escuelas públicas y privadas, la profesora Olga Ramos, Directivo de Asamblea de Educación, consiguió que de un total de 212 (ojo, el calendario de clases es de  200 días), 67 tienen que ver con celebraciones que se realizan a nivel mundial; 57 se corresponden a personas que se consideran referentes importantes por su actividad o servicio prestado; 48 son fechas tradicionales siempre celebradas en Venezuela; 15 aluden a conmemoraciones nacionales varias; 8 a fiestas nacionales o internacionales, y 4 a celebraciones muy especificas del sistema educativo nacional. No podían faltar las fechas alusivas al proyecto político del socialismo del siglo XXI, son 13 y tienen que ver con personajes, acontecimientos o proclamas asociadas a la revolución bonita. Si sacamos cuentas, estas 13 parecieran que son las que rebozan el calendario escolar de 200 días. Pero la cabra siempre tira pa’l monte. El chavismo es un proyecto político de eslóganes, propaganda, mitos y cultos construidos desde el poder y esta oportunidad no la podían desaprovechar.
Quizás estas efemérides se pudiesen cuestionar no por los que están, sino por los que faltan. Si se celebra el “Día de la Siembra del Cantor del Pueblo Alí Primera”, por qué no conmemorar el día de la muerte de Simón Díaz, quien tuviera una trayectoria de cultor de la música venezolana reconocido mundialmente. Alguno se podría preguntar por qué si se conmemora un “Día de Solidaridad con el Pueblo Palestino”, qué razón hay para no apartar un día para manifestar nuestra solidaridad con el pueblo cristiano que está siendo perseguido y masacrado por ISIS en África. Si se va a recordar “La Rebelión Popular- El Caracazo”, que de malo tiene recordar la Tragedia de Vargas. No sé cuál es el criterio asumido por el Ministerio de Educación para establecer estas fechas, sobre todo si el acuerdo con los miembros de la sociedad civil y académicos invitados a participar en la Comisión Asesora de la Consulta por la Calidad de la Educación, fue que todas las Resoluciones que saldrían después de esa jornada iban a ser consultadas a fin de contar con el consenso necesario para su legitimación como política pública. Pero como suele suceder, nadie fue consultado. Recordemos que el alacrán pica aunque prometa lo contrario, es su naturaleza.
Las fechas que han levantado la mayor cantidad de polémicas son las referidas al día del nacimiento y muerte del Chávez y el llamado Día de la Dignidad (4F). Los jodedores dicen que sobre la muerte del galáctico, habrá algunos que lo conmemorarán el 5 de marzo y otros el 31 de diciembre. Habrá que preguntarle a la enfermera que lo vio trotando en el Hospital Militar, cuando lo hará. Otros, los mas puntillosos, manifiestan que pagarían entrada para observar a los maestros explicar cómo un día en el que se realizó un  intento de Golpe de Estado y de Magnicidio, de ataque cruento a una mujer y sus hijas solas en La Casona y con más de 100 muertos como saldo, pueda tildarse como un día de dignidad.
Por mi parte, y para no ser menos, propondré otras fechas para engrosar esta enjundiosa lista de acontecimientos celebres. Como ésta es una democracia participativa y protagónica ejerceré el derecho que me asiste de arrimar una pa’l mingo de la revolución. Propongo se celebre la fecha en la que le salió el primer diente de leche al Inmortal de Sabaneta, como Día de la Odontología Alternativa y Revolucionaria; la fecha en que le dio la diarrea que lo obligó a abandonar de manera rauda y sin explicación el tractor y la cadena televisiva, como el Día en que se Superó la Velocidad de la Luz; el día en que vetó el proyecto de Ley de Educación Universitaria, como el Día Nacional del Recule; el día del encuentro Chavez-Obama como el Día del Amor no Correspondido y, finalmente, el día en que Maduro habló con Chávez en forma de pajarito, como el Día del Ornitólogo Desconocido. Con esto completaremos una Efemérides de ensueño o, como se dice ahora, un Dream Team de Fiestas y Conmemoraciones Escolares.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Puertas marcadas y cuentas mal sacadas

Puertas marcadas y cuentas mal sacadas

Casa marcada

La pregunta: ¿el grueso del contrabando de extracción pasa en camiones por el puesto fronterizo a la vista complaciente de los uniformados o por las trochas y caminos inhóspitos sobre los hombros de los que lo han hecho toda la vida?. Al parecer marcaron las puertas de los que no son, o si son, son los que menos son
 
Narra el Viejo Testamento que Yahvé castigó a los egipcios con diez plagas. El motivo, la negativa del Faraón a liberar al pueblo hebreo y permitirles su traslado a la tierra prometida. Esta lectura, que está en el segundo libro del Pentateuco conocido como El Éxodo, detalla cada uno de estos castigos. En esos tiempos no existía el bachaqueo por lo que mal se pudo haber esgrimido como excusa para impedir la libertad de tránsito a los antecesores de Jesús. Embriagado de poder, el Faraón no hizo caso de las advertencias de Moisés y Aron, por considerarlos cuartorepublicanos, desestabilizadores y golpistas.

Su tozudez y prepotencia lo llevaron a subestimar el poder de Dios y no le paro ni media bola a esos pelucones y barbudos de la oposición. El resultado, le cayeron las diez plagas a los egipcios y no fue hasta cuando se vio con el agua al cuello que accedió a abrir la frontera para que los hebreos migraran con sus corotos y sus gallinas hacia el desierto. Desde ese entonces a todo aquel que no dé pie con bola o si por donde asome la cabeza recibe un tablazo, se le dice que le cayeron las Siete Plagas de Egipto. Como pueden observar hay un problema de contabilidad en el inventario del maleficio. Fueron diez según algunos, pero otros aseguran que fueron siete. Siempre ha habido un problema de conciliación contable al que ningún contralor le ha querido meter el diente. Para algunos fue la primera cuenta mal sacada.

Lo importante es recordar que una de estas plagas, quizás la más terrible, fue la muerte de todos los primogénitos de Egipto. De hecho fue con la que se cerró el noveno, porque las anteriores no le hicieron mella a la voluntad del primer mandatario. Cuenta esta bíblica narración que la parca iba a hacer caída y mesa limpia esa noche y se llevaría por los cachos a todos los primeros hijos varones nacidos en esa jurisdicción, incluyendo al del Faraón. Pero la guadaña se abstuvo de dar matarile a los hijos de los hebreos, porque recibió una advertencia de Yahvé. No debía entrar a las casas cuyas puertas estaban marcadas con sangre de cordero. Ese fue el primer marcaje de puertas que la historia conoce. En este caso, se hizo para salvar la vida de los sectores mas oprimidos de esa población. Al día siguiente de esa indudable demostración de poder divino, el Faraón viendo a su hijo muerto, reculó y decretó la liberación de los hebreos. Ese es el primer recule presidencial del que da cuenta la Historia.

Otro episodio famoso por el marcaje de puertas, es el que se hizo en 1933 contra los negocios de judíos en Alemania. Las fuerzas paramilitares nazis conocidas como las SA o Sturmabteilung, aquí se conocen como Colectivos, pintaron Estrellas de David con inscripciones insultantes en contra de los judíos y advertían a la gente que negociar con esos “mercaderes chupasangre que arruinaban la economía alemana”, era un delito de lesa patria. El boicot según los nazis, era una represalia contra los judíos alemanes y extranjeros por las historias de atrocidades que creaban a través de la prensa internacional, con la antipatriótica intención de dañar la imagen del Tercer Reich. Un afecto a la revolución bolivariana remataria esta narración diciendo: “o sea, como te explico, era la guerra mediática ligada con la guerra económica adelantada por esos pelucones, pues”.

Ese marcaje de puertas fue la cuota inicial de lo que posteriormente se denunciaría ante el mundo como El Holocausto. Millones de judíos fueron deportados y otros tantos fueron asesinados y torturados en campos de concentración, en nombre de la superioridad aria. Así, un pueblo culto, trabajador y honesto se volcó en una vorágine de irracionalidad a seguir los cantos de sirena de un loco de carretera que prometía llevar al pueblo alemán a cumplir un fulano destino manifiesto. Por supuesto, todo esto fue posible gracias a la inexistencia de independencia de los poderes. Los Tribunales sentenciaban siempre a favor del régimen y el Parlamento se convirtió en una laguna de focas que se autoanuló al aprobar leyes habilitantes, para otorgar podres extraordinarios ilimitados a quien a la larga sería el sepulturero del pueblo alemán. Estos terribles sucesos han sido suficientemente documentados, sin embargo el ex presidente iraní Mahmud Ahmadineyad alega que esas cuentas de muertes fueron mal sacadas. Que lo del Holocausto es una exageración y que todo fue una show mediático inventado por los judíos.
El tercer episodio es más reciente. Bajo el argumento de combatir el contrabando y el paramilitarismo, el gobierno venezolano cerró el paso fronterizo a Colombia ubicado en el estado Táchira. Esta es una frontera muy flexible, se adapta a las circunstancias sobre todo si ellas son electorales en el lado venezolano. Pero ese no es el asunto. Resulta que la medida de cierre vino acompañada de la deportación de ciudadanos colombianos y la demolición de sus casas, previa marcación de puertas por parte de las autoridades venezolanas. De este lamentable y vergonzoso suceso que recuerda un pasado del que nadie se quiere acordar, ya hoy se demuestra que las cuentas que lo justificaron estuvieron mal sacadas.
Argumentó el gobierno venezolano que ese bachaqueo al menudeo generaba el desabastecimiento en el país. Sin embargo, curiosos como el Dr. Antonio Machado Allison, honorable miembro de la prestigiosa Academia Nacional de Ciencias Física, Matemática y Naturales, publica en su Facebook la siguiente cuenta: si una gandola de las muchas que pasan por esa frontera, carga 12 toneladas de mercancía (12.000 Kilos), para pasar la misma mercancía por las trochas se necesitarían por lo menos 2.000 personas, cargando un promedio de 6 kilos por cabeza. Considerando que diariamente pasan frente a los ojos de los custodios militares de la frontera un promedio de 30 gandolas cargando 360.000 kilos de productos nacionales, se necesitarían diariamente 60.000 personas para pasar la misma cantidad. La pregunta: ¿el grueso del contrabando de extracción pasa en camiones por el puesto fronterizo a la vista complaciente de los uniformados o por las trochas y caminos inhóspitos sobre los hombros de los que lo han hecho toda la vida?. Al parecer marcaron las puertas de los que no son, o si son, son los que menos son.

lunes, 24 de agosto de 2015

Vacaciones de un profesor universitario (El regreso)

Vacaciones de un profesor universitario (El regreso)

Salario profesores

Pero no todo está perdido, aunque siempre está latente la posibilidad de declararme en default, todavía puedo esperar pacientemente al mes de diciembre para cobrar el Bono de Fin de año y equilibrar el presupuesto familiar. Así, de seis meses en seis meses, sobrevive un profesor universitario en Venezuela
Finalmente nos fuimos de vacaciones a Margarita. No pude convencer a la familia de que las verdaderas vacaciones las podríamos pasar en casa viendo CNN en español o Con Cilia en Familia. Ni modo, ya los pasajes para el ferry estaban comprados desde junio, no había más nada que hacer. Montamos nuestros cachachás en el carro y arrancamos con la esperanza de pasar un merecido descanso y olvidarnos del infiernito que supone el día a día en la ciudad capital. Por supuesto, como están las cosas, tuvimos que hacer algunos ajustes. En primer lugar hipotecar la casa, porque de mi bono vacacional no me quedaron recursos para financiar el viaje. Era previsible, entre el pago de tarjetas, reparación de electrodomésticos, uniformes de colegio y seguro del carro, quedé totalmente rucho.

En segundo lugar, nos dedicamos a hacer infinitas colas para comprar lo que sea, ya que teníamos el dato de que en la isla lo único que se consigue es agua de mar y margariteños porque hasta el pescado esta escaso. En tercer lugar, ofrecimos una promesa a todos los santos y a la Virgen del Valle para que durante el viaje no nos asalten ni los ladrones, ni los otros. Como es lógico, nos cuidamos de que tal promesa no implicara aportes de recursos pecuniarios, no vaya a ser que no podamos cumplirla y luego sea peor. Como bien aconseja Héctor Lavoe, con los Santos no se juega. Por último, el chequeo al carro. Esto supone ir al taller con la consabida cara de yo no fui, similar a la que puso el Gato con Botas en Shrek, esperando que nuestro mecánico de confianza nos diga que todo está en orden. El sustico previo es natural, siempre está la angustia de que se le antoje al carro cualquier achaque de esos que aparecen dos días antes de agarrar carretera.
El recorrido fue normal, huecos por todas partes, alcabalas de adorno; bombas de gasolina sin aceite para el motor, liga de frenos ni baños limpios; vendedores ambulantes de casabe o naiboas cobrando por sus mercancías lo que costaba una lata de caviar o una langosta hace menos de tres años. Llegamos a Guanta y tuvimos que hacer una larga espera para abordar el ferry. Los precios abordo son tan elevados, que me sentí en el Queen Mary II, uno de los 5 cruceros más lujosos del mundo. La incomodidad es tal que me sentí como si fuese trasladado por la fuerza a trabajar en alguna plantación de algodón o en una Hacienda de cacao. Por lo demás no me quejo, llegamos a Punta de Piedra sin mayores contratiempos.

Ya en la isla me sentí como en Caracas, pero sin el Ávila. No se consigue un remedio ni para remedio. Largas colas para comprar los productos básicos, pero eso sí muy coloridas. La pepa de sol obliga a turistas y oriundos a resguardarse del astro rey con un arco iris de paraguas que da un ambiente alegre y carnavalesco. Al igual que en mi añorada Caracas, son dos horas de cola para salir con un potecito de margarina porque de lo demás, no hay o se acabó tres personas antes de llegar al reparto de los productos.
Las playas, bellas como siempre, quizás gracias a que el gobierno no ha encontrado manera de ajustarlas al Plan de la Patria. De haber sido así, ya les hubiesen cambiado la dirección de su oleaje, el color de sus aguas, sus niveles de sal y seguramente la gente se bañaría de acuerdo al número de su cédula. La Margarita nocturna desapareció. El temor a los asaltos, secuestros, robo de vehículos, ha restringido a los turistas nacionales y a los pocos extranjeros que se han atrevido a viajar. Prefieren permanecer en sus hoteles o resorts viendo CNN en español o Con Cilia en Familia. Los paseos diurnos también están limitados a menos que se tenga una importante línea de crédito en la tarjeta. Comprar en la isla es más caro que comprar en Caracas. Es como si tuvieses en Miami pero con bolívares.

Conseguí a un colega de la universidad en una de las playas. Me comentó que estaba contando los días para regresar. Se le habían terminado las pastillas para la diabetes y no las conseguía en ninguna farmacia de la isla. Me comentó que sin pastillas y sin cerveza sus vacaciones habían culminado. La alternativa de una botella de whisky era totalmente inviable, el precio de una equivalía a los 5 pasajes en avión que había comprado para su familia. Con la vista fija en el horizonte, a lo Pablo Coelho reflexionó en voz alta, “solo supimos que éramos ricos cuando nos dimos cuenta que éramos pobres”. Le brindé un Daiquirí que me costó un ojo de la cara, pero realmente se lo merecía. Me conmovió. Ya de vuelta a Caracas lo que me queda es recoger los vidrios rotos. Debo comenzar por sacar las cuentas para saber a cuál acreedor contentar y, con lo poco que me haya quedado del Bono vacacional, terminar de comprar los útiles de mi hija. Pero no todo está perdido, aunque siempre está latente la posibilidad de declararme en default, todavía puedo esperar pacientemente al mes de diciembre para cobrar el Bono de Fin de año y equilibrar el presupuesto familiar. Así, de seis meses en seis meses, sobrevive un profesor universitario en Venezuela.

lunes, 10 de agosto de 2015

Vacaciones de un profesor universitario

Vacaciones de un profesor universitario

Protesta profesores universitarios

Con un sueldo tan impresentable como el que tenemos, las brazadas para llegar sin ahogarnos a la fecha del próximo pago, son como para ganar oro en alguna prueba olímpica de nado en aguas abiertas infectada de tiburones blancos

Todos conocen mi condición de profesor universitario a dedicación exclusiva. Esto quiere decir que según el reglamento de personal docente y de investigación de la UCV, no puedo estar por allí con la carabina al hombro tras las huellas de un tigre para matarlo, aunque la necesidad de redondear la arepa que le doy a mis hijos, así lo justifique. Con esta declaración de inicio no pretendo estar alardeando públicamente de una conducta laboral intachable por más de 34 años. Total, no aspiro ser Rector y mucho menos Ministro de Educación Universitaria, aunque para este último cargo al parecer no se necesitan antecedentes laborales ni credenciales de mérito académico.
¿A qué viene el cuento de mi trayectoria como profesor de la UCV?. No se trata del síndrome de la hoja en blanco, aunque entiendo que para muchos lectores un artículo que comience hablando del que lo escribe es un síntoma inequívoco de que no tiene la más mínima idea de cómo rellenar su colaboración al diario. Ese no es nuestro caso y la razón es muy sencilla, la situación venezolana ofrece temas como para tirar al techo. Abra la primera página de algún periódico o escuche un noticiero que sale más barato, inclusive no importa que sea de los que ocultan o tergiversan la realidad. Con solo un vistazo o con pocos minutos de escucha, encontrara sin mucho esfuerzo y sin realizar un análisis enjundioso de la noticia, el tema perfecto para demostrar en un artículo lo mal que lo está haciendo el gobierno. O sea que por ahí no es la cosa amigo lector. Aclarado el asunto prosigamos.
Decía entonces que soy de esos profesores que viven exclusivamente de su quince y último. Vale la pena señalar que hoy, entre una y otra fecha, la sensación es que hubiese más de los quince días continuos previstos en el calendario. Con un sueldo tan impresentable como el que tenemos, las brazadas para llegar sin ahogarnos a la fecha del próximo pago, son como para ganar oro en alguna prueba olímpica de nado en aguas abiertas infectada de tiburones blancos. Afortunadamente esa penuria se aminora en dos momentos del año, en el mes de julio y en el mes de diciembre cuando recibimos el Bono Vacacional o el Bono de Fin de Año. Estos pagos extraordinarios nos han permitido, además de los pequeños gustos imposibles de pagar con el salario ordinario, guardar alguito para aguantar cualquier embate del destino durante los próximos seis meses, es decir hasta que llegue el siguiente Bono salvador. Tan es así que hace tres años con el Bono Vacacional compré 5 pasajes para Argentina por 16 mil bolívares y no sentí merma importante en mi presupuesto. Pude, con lo que me quedó, ahorrar algo para el tiempo de las vacas flacas. Pero hoy las cosas han cambiado de manera brutal.
Acabo de cobrar el Bono Vacacional y el entusiasmo fue inmenso, no lo niego. Desde hacía seis meses no veía ese realero en mi cuenta. Intuí que este año el Bono iba a ser sustancioso porque, como suele suceder, días previos comenzaron a dañarse algunos artefactos de mi casa, claro anuncio de que venía por allí un pago adicional importante. Pero con los daños vinieron los presupuestos de reparación más abultados que nunca. Cambiar unas empacaduras y estoperas a la camioneta me sale por 40.000 Bs., pero solo la mano de obra, de los repuestos ni les cuento porque me da temor llamar para pedir presupuesto.
El termostato de la secadora cuesta mucho más de lo que me costó ese útil aparato (25.000,00 Bs.); la necesaria ampliación de la biblioteca me cuesta lo que seguramente costó construir la de Alejandría (78.000,00 Bs.); la cafetera y el microondas se pararon el mismo día como pidiendo atención de nuestra parte (6.700,00 Bs.); se me ocurrió hacerme un chequeo de rutina en los ojos; resultado, debo comprar lentes para ver de lejos (32.000,00 Bs. los más baratos); se quemaron dos bombillos ahorradores de la sala (5.200,00 Bs.); se me partió la montura de los lentes para leer (nueva montura de las chimbas, 5.250,00 Bs.). A esto hay que sumar uniformes y útiles escolares (15.000,00 Bs. tirando por lo bajito), agreguemos el aporte al fideicomiso para el seguro del carro, aunque pienso que será tan caro que es probable que tenga que venderlo para poder comprar la póliza.
Las tarjetas seguirán esperando mejores momentos y los Bancos tendrán que conformarse con el pago mínimo; mis compadres Edgar y José tendrán que esperar para el abono a sus respectivas acreencias; mis perros, tendrán que conformarse con las sobras porque dinero para su alimento, no hay; pensaré seriamente en vender la acción del Club, las mensualidades pasaron a llamarse “calamidades” por lo alta que están. Seguiré postergando la compra de un par de zapatos nuevos hasta el cobro de los aguinaldos, a ver si este año puedo por fin comprarlos. Señores, sin más vueltas, se me fue el Bono vacacional sin ni siquiera haber comenzado a disfrutar de las vacaciones. Pero aclaro, esas no son “mis vacaciones”, esas son las vacaciones de un profesor universitario en Venezuela.

lunes, 27 de julio de 2015

Yo, el Oligarca

Yo, el oligarca

Aula magna-UCV

“Campesino que vas a la tierra, marinero que vas a la mar, miliciano que vas a la guerra con un canto infinito de paz”, en esa majestuosa sala, monumento al mérito, la disciplina, la superación, la tolerancia y la democracia, que es nuestra querida Aula Magna. Si señor ministro, usted tiene razón, yo soy uno de esos oligarcas, lo admito

De acuerdo con las declaraciones del Ministro de Educación Universitaria, Ciencia y no sé qué otra cosa, antes de que llegara Chávez al poder la educación en nuestras máximas casas de estudio estaba reservada solo a los jóvenes con pedigrí y nariz respingada. Ningún pata en el suelo de Petare, según esta versión, tenía derecho ni siquiera a soñar con esa posibilidad, porque corría el riesgo de que a mitad del sueño le apareciera el Presidente de FEDECAMARAS disfrazado de Freddy Krueger para convertir en pesadilla esa temeraria aspiración. Añade el ministro que para convertirse en estudiante universitario, no solo se debía tener cierta alcurnia y apellidos, sino también billete del bueno para comprar el cupo. Esto lo ha repetido en varias intervenciones públicas, además sin aguársele el ojo y mucho menos con tembladeras de parpados. Lo dice sin importarle un carajo que la prueba que refuta sus afirmaciones esta personificada en ministros y altos funcionarios del gobierno, quienes siendo peladores de bola de cuna, tuvieron la oportunidad de hacerse profesionales en esas universidades que tanto critican y hostigan, pero a las que tanto deben.
Lo cierto es que nunca han mostrado las pruebas que evidencien la fulana venta de cupos, ni siquiera han dicho que las tienen y que las van a mostrar en algún momento, tal como lo hace el Jefe cada vez que denuncia un intento de Magnicidio. Como no sabemos cómo se come el asunto, intentaremos desenmarañarlo para que los jóvenes bachilleres tengan una idea de cómo se haría esa transacción de compra-venta en la actualidad con todos los adelantos tecnológicos. En primer lugar deberíamos pensar en algo así como un Portal Web llamado Tucupo.com donde se señale el costo para ingresar a cada carrera.
El procedimiento sería muy sencillo, el estudiante busca la carrera y la universidad de su preferencia, marca “Comprar” y le llega la planilla de inscripción por correo especial a la puerta de su casa o a su e-mail. Claro, el acceso a este portal no sería libre sino que habría que afiliarse previamente llenando una solicitud donde se colocan los datos y documentos escaneados que acrediten lo azul de la sangre del optante. Una vez enviados los documentos a la universidad de su preferencia, el respectivo Consejo Universitario compuesto por lo más granado de la burguesía criolla, junto a representantes de Uribe, JJ Rendón, Bush, Obama y hasta del mismísimo General Santander, estudia la solicitud y valida la autenticidad de los documentos con la base de datos de todos los clubes de alta sociedad del país. Luego de esta verificación, se procede a dar el visto bueno para el ingreso. Una vez acordada la admisión, se le remite al bachiller, por la misma vía, la planilla de inscripción con el cupo garantizado.
Por supuesto, todo esto previa constatación de que se haya hecho efectivo el depósito en el Banco. Con este procedimiento se aseguraría que el nuevo ingreso tiene el billullo y el linaje adecuado para garantizar la continuidad en el poder de los Amos del Valle. De no reunirse estas condiciones, no le queda más remedio al bachiller que ir a llorar al idem.
Con esta matriz de opinión alimentada desde el gobierno y repetida por jóvenes que en la IV no habían nacido o eran unos bebes, se ha tejido una leyenda urbana sobre el acceso a la universidad venezolana que ha servido para justificar la medida antiautonómica de arrebatar a los Consejos Universitarios, la potestad legal de establecer el número de estudiantes a ingresar en el primer año y el mecanismo de su selección. Por supuesto sería necio negar que siempre existan vagabundos que han procedido a estafar a jóvenes bachilleres vendiendo cupos que no poseen, o que algún funcionario inescrupuloso haya accedido a saltarse la ética por un plato de lentejas. Pero esto nunca ha sido una política institucional tal como lo quiere hacer ver el gobierno. Es como asegurar que porque algunos funcionarios vendan cupos para la asignación de apartamentos de la Misión Vivienda, se señale directamente al ministro respectivo como corresponsable o cómplice de tal corruptela. Las autoridades universitarias siempre han solicitado que se formalicen esas denuncias, y cuando se ha hecho, se ha procedido contra estos estafadores. No estoy seguro que así se proceda en el ministerio.
El titulo de este artículo no es azaroso señor ministro. Según usted yo fui y sigo siendo un oligarca. Estudie en la UCV en la IV y he trabajado en ella como profesor desde los últimos 20 años del siglo pasado y los 15 años que van de este siglo. Es decir soy un oligarca reforzado. Pero a diferencia de lo que usted ha vendido a los incautos, no nací en cuna de oro ni encuadro en el falso estereotipo de estudiante ucevista que usted ha pretendido imponer. Mire usted, crecí en uno de los Barrios más pobres de Petare, el rancho donde vivíamos tenía piso de tierra, conocí un baño dentro de mi casa a los 14 años porque siempre vivimos de casa de vecindad en casa de vecindad, tuve una habitación para mí solo cuando salí de la casa paterna a los 25 años y en más de una oportunidad me fui a pie desde la UCV hasta Petare por no tener para el pasaje. Estudié en escuelas y liceos públicos, siempre con libros y cuadernos usados, muy pocas veces desayunaba en la cantina porque nunca tenia plata, mas grandecito tuve que trabajar vendiendo periódicos en el Centro de Caracas, entre las esquinas de Pilitas y Mamey, para ayudar a mi familia; y ya estudiante universitario, fui permanente trabajador suplente en un Hospital haciendo desde camillero hasta telefonista en el horario nocturno de 7:00 pm a 7:00 am, para poder ayudarme y proseguir los estudios en mi querida UCV. No recuerdo que alguien me haya pedido un medio para ingresar a ella y estudie con muchísimos compañeros tan jodidos como yo, o en peores condiciones que las mías.
Todos teníamos un objetivo en común, graduarnos para salir de abajo y ayudar a la familia. Finalmente la gran mayoría egresó y son hoy los primeros defensores de su universidad, ya que los acogió en sus aulas sin pedir nada a cambio. Entre el comedor, la bequita, el transporte y la biblioteca, esa universidad que usted tilda de elitista, impidió que muchos de nosotros abandonáramos prematuramente sus pasillos y nos perdiéramos la inolvidable experiencia de ponernos toga y birrete y escuchar el “Campesino que vas a la tierra, marinero que vas a la mar, miliciano que vas a la guerra con un canto infinito de paz”, en esa majestuosa sala, monumento al mérito, la disciplina, la superación, la tolerancia y la democracia, que es nuestra querida Aula Magna. Si señor ministro, usted tiene razón, yo soy uno de esos oligarcas, lo admito.