lunes, 26 de diciembre de 2022

 

Esta navidad pedí algo diferente, por Tulio Ramírez

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Por fin lo entendí. El Niño Jesús no está para esas cosas. No le corresponde hacer lo que les toca a los hombres (aclaro, me refiero a hombres y mujeres, no quiero lío). Cada 24 de diciembre, su misión es hacer felices a los niños, no a los adultos. Estos deben contentarse con ver la cara de alegría de sus hijos al abrir los regalos al pie del arbolito o del pesebre.

Los adultos nos la debemos arreglar sin estar solicitando auxilios divinos. Por más que hagamos millones de cartas pidiendo cada año lo mismo, no nos concederá el milagrito. Lo imagino leyendo nuestras peticiones y negando con su cabecita. Con un leve chasquido producto del roce de la lengua con el paladar superior, diría algo así como «no han aprendido nada. Están empeñados en que yo les haga el trabajo, como si mantener felices a sus hijos no fuese suficiente». 

Después de 20 años pidiéndole que interviniera para sacarnos de ese infierno llamado Socialismo del Siglo XXI, al fin me cayó la locha. Estábamos haciendo el trámite en la taquilla equivocada.

Supongo que el ayudante del Divino Niño coloca el sello de “conocido y en cuenta” en cada carta donde se le solicita el milagrito de sacar al hombre aquél, para luego guardarla en el archivador con el rotulo «Destinatario equivocado». Eso explica el por qué, llegado inclusive el Día de Reyes, nunca no hubo señal alguna que indicara que el milagrito solicitado se hubiese concedido o estaba en trámite.

Fuertes a lochas a que este 24 fue igual. Por ello me abstuve de repetir la misma carta de los últimos 20 años. Pero tranquilo apreciado lector, esto no se trata de algún arranque de resignación y mucho menos de rendición. Por el contrario, más bien implicó entender que somos nosotros los que debemos redoblar esfuerzos para lograr la unidad y la fuerza necesaria para, hacer el cambio que con tanta urgencia necesitamos.

Ojo, tampoco significa que dejé de creer en Chuchito, por el contrario, más bien significa que debemos complementar su labor. En Isaías 41:13, se lee «Soy el Señor tu Dios, que sostiene tu diestra y que te dice: No temas, yo te ayudaré», lo que traducido al venezolano dice algo así como «ponle un mundo que yo te echaré una mano» o el consabido «ayúdate que yo te ayudaré». Ninguna traducción o interpretación sugiere que Dios te dirá «tranquilo mi pana, déjamelo a mí solito, que eso ta’ listo».

Por lo anterior Chuchito querido, este año 2022 no insistí en pedirte lo que nos toca hacer. Violando mi propia correspondencia, hago público el petitorio y perdona mi exceso de confianza. Te pedí encarecidamente algo que no es para mí sino para 13 padres y madres venezolanas que esperan aferrándose a la fe que profesan en ti, que sus hijos, de quienes no se sabe nada desde el 12 de octubre, aparezcan sanos y salvos. Desde hace más de 75 días, estos 13 jóvenes partieron en lancha desde la isla de San Andrés en Colombia, en búsqueda de un mejor futuro, y hasta el día de hoy no se tiene noticia alguna sobre su paradero. 

Te podrás imaginar la angustia y la asfixia se sus padres y seres queridos. Por favor chuchito, haz que Melody, María, Marisela, Carlos, William, Jaerlin, Wilmer, Noris, Joencer, Jairangel, Samuel, Rubén y Jancerlin (estos últimos, hijo y nuera de nuestro querido amigo, el profesor Rubén Quintero) vuelvan con bien a sus hogares. Dales a todos esa inmensa alegría. 

Queridísimo Niño Jesús, intercede con tu padre y concédeles ese milagrito. Del otro milagrito, el que te estamos solicitando desde hace más de 20 años, nos encargaremos nosotros para que ningún joven tenga necesidad de arriesgar su vida por escapar de este calvario. 

lunes, 12 de diciembre de 2022

 

Qué ovejas locas ni qué ocho cuartos, por Tulio Ramírez

Ética para funcionarios bancarios
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Twitter: @tulioramirezc


No soy supersticioso ni creo que los 12 jinetes del Apocalipsis estén cabeza a cabeza rematando en la última curva, próximos a llegar a la meta. Tampoco me tiemblan las piernas cuando se habla de la venida del Anticristo, más bien creo que llegó hace mucho tiempo y es jefe de compras de alguna empresa del Estado venezolano.

Hoy por hoy estoy más que convencido que de existir esos entes demoniacos no pueden ser más malucos que muchos gobernantes, sobran las pruebas. En todo caso, los fantasmas, de existir, solo asustan, pero algunos gobernantes han demostrado que pueden hacer algo peor que asustar. Es una diferencia considerable.

Si es cierto que creo menos en entes del más allá, también es cierto que estoy viendo cosas muy extrañas últimamente sobre las cuales no he conseguido una explicación lógica. Por ejemplo, una manada de ovejas caminando por horas en círculo sin aparente razón. Al verlas por las redes me pareció una curiosidad, por lo que no les presté mayor atención. 

La cosa quedaría allí, pero a los días observo otro video. Una turba de hormigas caminaba en círculo como hipnotizadas. Ya la cosa se estaba pasando de la raya. Como remate. Al día siguiente, una manada de peces estaba nadando en círculos, también sin razón aparente.

Definitivamente, se trataba de un patrón de comportamiento atípico. Casi inmediatamente comenzaron a correr por las redes explicaciones diversas. Algunos aseguraban que era el anuncio de una catástrofe mundial predicha por Nostradamus en un versículo que reza algo así como “Girarán sobre sí mismos sin encontrar la salida. No habrá escapatoria”. Beeerro, me espeluqué.

Otra interpretación atribuía a los extraterrestres este errático comportamiento. “Seres inteligentes anuncian su llegada por ondas que solo son percibidas por los animales”. Bueno, siempre he creído que no estamos solos en esta inmensidad de universo, pero de allí a creer que quienes habrán venido millones de veces, ahora lo anuncien de esa manera, es como un poco ridículo.

Lo que si me llamó la atención es que ninguno de estos comportamientos inexplicables, se desarrollaron en la Venezuela revolucionaria donde, según la propaganda chavista, “lo extraordinario se hace cotidiano”.

No es joda, lo digo porque por estos lados presenciamos cosas más inéditas que las comentadas. En esta Tierra de Gracia hemos observado comportamientos poco usuales, y no son precisamente llevados a cabo por nuestra fauna salvaje o doméstica.

Por ejemplo, más sorprendente que animales caminando en círculos es que los conductores orillen sus vehículos en cualquier autopista o avenida y hagan una de sus necesidades fisiológicas a la vista de todos y sin inmutarse. 

Se podrá afirmar que siempre ha habido borrachitos que lo hacen. Eso es cierto, pero es evidente que cada vez más se está generalizando esa conducta. Recorra la autopista Francisco Fajardo (sí, Francisco Fajardo) a cualquier hora del día y constátelo. Verá miccionando desde humildes taxistas hasta “caballeros encorbatados” con vehículos de alta gama y trajes costosos. Lo hacen a plena luz del día, a la vista de todos y a pocos metros del puesto policial. Esto es solo un ejemplo de la cultura que se ha venido instaurando en el país.

Bajo el irracional “Porquemedalagana”, “Yosilohagoyqué”, “Tunosabesconquientemetes”, se justifican conductas que en cualquier otra parte del mundo se considerarían dignas de estudios psiquiátricos y, por supuesto, de sanciones legales. Pero aquí, “lo extraordinario se hace cotidiano”. 

Hace unos días estaba en una oficina gubernamental, y observé cuando un funcionario le pidió a una ciudadana un “Acta de Nacimiento actualizada”. Al preguntar la usuaria sobre la lógica de pedir un documento nuevo cuando tenía la original en la mano. La respuesta fue contundente: “señora, me la trae y punto”. 

La señora insistió sobre el porqué de ese absurdo requisito ya que un Acta de Nacimiento se vence solo cuando la persona muere y ella estaba viva. El funcionario por primera vez la miró fijamente a los ojos y le dijo en tono autoritario: “la pido porque me da la gana y punto”. Como pueden observar esto se sale de todo pensamiento racional y hasta asusta. Qué ovejas locas ni que ocho cuartos.