lunes, 26 de junio de 2023

 

2da Vuelta, por Tulio Ramírez

UCV voto
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Twitter: @tulioramirezc


Los ucevistas se autoconvocan para asistir masivamente a la 2da vuelta de las elecciones. El viernes 30 de junio en los campus de Caracas y Maracay, así como en los Centros Regionales de los Estudios Universitarios Supervisados; los Centros de Votación estarán dispuestos para recibir a profesores, estudiantes, egresados, empleados y obreros para que expresen su opinión a través del voto.

En esta oportunidad se elegirán, entre aquéllos que clasificaron en la primera vuelta, a las autoridades rectorales, así como algunos candidatos a decanos que no obtuvieron la mayoría absoluta en los comicios del pasado 9 de junio. 

La comunidad escogerá libremente a sus autoridades, dando un ejemplo de participación democrática al país. La jornada se llevará a cabo, a pesar de las acostumbradas voces agoreras que apuestan por el fracaso de estos comicios. Aunque ustedes no lo crean, todavía existen y gozan de buena salud.

No es un cuento de camino. Recordemos que, a contracorriente de lo que sucede en el odiado mundo libre, en los socialismos bananeros la frase «elección democrática» es traducida como conspiración, golpismo, traición a la patria, guarimba o cualquier otra expresión que ayude a aplicar la muy oportuna Ley del Odio. El miedo es libre.

Compiten por el favoritismo de los universitarios, académicos de alta valía e inocultables valores ucevistas. Las campañas de descrédito a los diferentes candidatos, lamentable práctica no del todo erradicada en nuestra cultura electoral, afortunadamente no han tenido la receptividad que sus impulsores anhelaban. 

Los ucevistas apuestan por un proceso mejor organizado, con conteos oportunos, boletines no sujetos a enmiendas o tachaduras, ni sospechas que empañen la fiesta electoral. No se pueden dar excusas para que los enemigos de la UCV, descalifiquen el proceso o hasta intenten invalidarlo.

Pero es inevitable, nunca dejará de estar presente el temor por acciones sobrevenidas para  enturbiar las elecciones. Quienes quieren apoderarse de la UCV «por las buenas o por las malas», no descansan ni tienen paz con la miseria. Están en permanente acecho.

Pero seamos optimistas y confiemos en que esta vez fluirá este evento con total normalidad y sin contratiempos. Cómo decía el compadre Güicho cada vez que alguien le nombraba a la comadre Camucha, mientras estaba de parranda por los lados de Casanay: «Cuidado compay, no llamemos la tormenta porque puede llover de verdad». Ok, por ahora dejemos los cuentos y centrémonos en las elecciones.

Los profesores Humberto Rojas y Víctor Rago son los candidatos a ocupar la Silla de Vargas. Cómo dije más arriba, son ucevistas intachables y reconocidos nacional e internacionalmente como investigadores de primera línea en sus respectivas disciplinas. Son el tipo de profesores que uno desearía para los hijos. Recibirían una formación de altísima calidad académica. 

No es secreto que en la primera vuelta apoyé a Víctor Rago. Para la segunda vuelta no hay sorpresas, también lo apoyaré con mi voto. Su experiencia, capacidad de diálogo, claridad sobre los retos que ha de enfrentar la universidad venezolana en estos períodos de incertidumbre generalizada, aunado a su capacidad de diálogo y el mil veces demostrado coraje moral para defender de manera firme sus principios y valores, son para mí, suficiente argumento para confiarle las riendas de la UCV por los próximos cuatro años.

El resto de los candidatos a autoridades rectorales y decanatos, al igual que Humberto Rojas, gozan de mi respeto, aprecio y confianza, por lo que pienso que la UCV quedará en buenas manos, cualquiera sea la decisión que tome el electorado.

Finalmente, espero que el resto de las universidades hermanas asuman con decisión y entusiasmo la convocatoria a elecciones y las organicen para este mismo año 2023. Solo faltaría voluntad política para llevarlas a cabo, porque entusiasmo en sus respectivas comunidades hay. Sería un gran ejemplo de civismo para el pueblo venezolano y, eso es precisamente lo que la sociedad democrática espera de sus universidades. ¡Nos vemos en la 2da vuelta!

lunes, 12 de junio de 2023

 

Después de las elecciones en la UCV, ¿qué?, por Tulio Ramírez

Después de las elecciones en la UCV
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Twitter: @tulioramirezc


Al momento de escribir este artículo, se están desarrollando las elecciones en nuestra querida Universidad Central de Venezuela (UCV). Como en este país lo más seguro es que quién sabe, es muy aventurado predecir qué hora será dentro de 60 minutos. Sin embargo, confío en que los ucevistas culminarán en sana paz el evento electoral.

Los retos que tendrán las nuevas autoridades electas en la UCV son inconmensurables. Desde lo más nimio como es abrir por fin la entrada de la Plaza las Tres Gracias, regar y podar las matas de los jardines y hacer que el reloj universitario no se atrase ni se adelante, hasta cosas más complejas como es hacer que el gobierno que la acosa y asfixia, entienda que sin universidad ningún país podrá progresar. 

Convencer a quien te quiere destruir de algo tan de Perogrullo como que con la corrupción sólo benefician unos pocos y que, con la educación, ciencia, las humanidades y el desarrollo tecnológico se logra el bienestar de muchos, no es una tarea fácil de llevar a cabo.

Otro tanto, es sanar la herida profunda que se ha infringido contra el alma de la universidad y los universitarios. Herida que la ha mantenida prostrada por ya demasiado tiempo. No me refiero solo a la falta de presupuesto, lo cual por sí solo, constituye una herida de muerte lenta. Me refiero al desdibujamiento de la misión principal de la universidad. La de servir de voz orientadora a la sociedad venezolana.

La fuerza de las circunstancias han reducido las funciones de la universidad. El arrinconamiento por la falta de recursos ha hecho que actualmente la preocupación principal sea garantizar que cada período académico se cumpla, o sea que no se pierdan clases. 

Al no existir financiamiento a las investigaciones, ni abastecimiento a los laboratorios, ni formación del talento profesoral, lo que queda es hacer que, por lo menos las clases se dicten lo más honrosamente posible. Cuestión que tampoco ha sido fácil.

A esta situación han llevado a la universidad venezolana. Le han coartado su potencial como productora de conocimientos y generadora de innovaciones tecnológica de factura nacional. La diáspora de los profesores en búsqueda de mejores horizontes debido a los impresentables sueldos, así como la chichiguaza aportada para la investigación, ha impedido que la universidad aporte al país, lo que por ley debe aportar, a saber, su doctrina y conocimientos para resolver los grandes problemas.

De tal manera que las nuevas autoridades tienen el gran reto de recuperar el ímpetu de la institución. No será sencillo, pero deben apelar a la reserva moral y ética que caracteriza a los ucevistas. Invitar a no bajar los brazos, sin prometer demagógicamente alguna contraprestación adicional que vaya más allá del reconocimiento silencioso de un país distraído por lo urgente, es una tarea que solo un liderazgo fortalecido por la legitimidad del voto puede llevar a cabo. 

Parafraseando, mutatis mutandi, a Laureano Márquez, creo en los poderes creadores de los universitarios y en particular de los ucevistas, por ser esa la casa donde aprendí que era más importante el nosotros que el yo. Por ese aprendizaje de vida, aportare todo mi humilde esfuerzo y acompañare a las nuevas autoridades ha reanimar la voz de una institución que podrá tener eventuales recaídas, pero que nunca podrán amordazar.