lunes, 5 de febrero de 2018


 

Bonos revolucionarios, por Tulio Ramírez





 Autor: Tulio Ramírez | @tulioramirezc

El gobierno revolucionario, humanista, bolivariano y depredador de la riqueza nacional, empeñado en mantener el voto de los sectores más vulnerables y empobrecidos del país; y como respuesta a una Guerra Económica que va perdiendo, aunque dice que la va ganando; ha acordado crear bajo el lema “Rial pa’ to’ el mundo”, una catajarra de Bonos que han hecho que el salario pase a un segundo plano, ora por ser simbólico e inútil, ora porque para ganárselo hay que trabajar. A esta política desde el mismo comienzo de la revolución, ya se le veía el bojote. Comenzaron con las “ayudas económicas” a todo aquél que se matriculara en las Misiones Educativas. El resultado, miles de venezolanos inscritos que nunca asistieron a clases, pero que no pelaban la cola en el Banco cada fin de mes para recibir sus 600 bolos.

La idea no tiene nada que ver con aquélla máxima marxista que reza “de cada quien según su capacidad y a cada quién según su necesidad”. El socialismo chavista eliminó la primera parte de esta doctrina y solo cultivó la segunda, agregando un pequeño giro, a saber, “a cada quien según su nivel de lealtad”. Esto explica la aparición del Carnet de la Patria como visa para acceder a los mendrugos que reparte el gobierno, no a los pobres en general, sino a los pobres que son leales a la revolución. Por supuesto estos pobres no tienen nada que ver con los enchufados a los cuales no se les da según sus necesidades básicas, sino que se les pone “donde haiga”, porque sus requerimientos son diferentes. No es lo mismo necesitar una caja CLAP para sobrevivir un mes con comida para una semana, que necesitar comprar una camioneta 4X4 para trasladarse al aeropuerto de Charallave y poder tomar un avión privado e ir a visitar cada 15 días a la hija que esta matriculada en la mejor universidad privada de Chile o de Argentina.

Siguiendo con la política de las bonificaciones, el gobierno ha creado recientemente el Bono Navideño (Bs. 500.000), el Bono del Niño Jesús (Bs. 500.000 ), el Bono de Carnaval (Bs. 700.000), el Bono para Mujeres Embarazadas (Bs.700.000), el Bono para la Guerra Económica (Bs. 99.940), el Bono Único Escolar (Bs. 250.000), El Bono de Reyes (Bs. 500.000), El Bono para Los Hogares de la Patria (Bs, 320.000 a Bs. 1.600.000, según el número de integrantes del grupo familiar), el Bono José Gregorio Hernández para Personas con Discapacidad (Bs. 700.000).
Eso sí, nunca se ha creado un Bono de Productividad porque eso implicaría un estímulo para trabajar más que el otro, y en revolución eso encajaría en situaciones que psicológicamente afectarían a sus militantes y simpatizantes. Eso de “echarle bolas al trabajo” es totalmente neoliberal y por tanto contrarrevolucionario.
Para los que piensan que lo mío es solo criticar al gobierno sin aportar nada, pues les digo que tengo un proyecto de Bonificaciones revolucionarias que completarían este cuadro. Comenzaré por el Bono al Predicador sin Rebaño (Bs. 300.000), con este Bono se estimulará a los camaradas que se encarguen de llevar la palabra de Hugo y Nicolás a la gente que hace cola mientras compra el pan o el pollo. Importante, este Bono irá acompañado de un seguro de vida. Proponemos también el Bono al Guardián del Cuartel de la Montaña (Bs. 350.000), estimulará a aquel que vaya 5 veces a la semana a rendirle culto al Galáctico, se incrementará en un 50% si aplica el 1 x 10, es decir si por cada visita lleva 10 ayayeros más. Por último, y esto si es un palo, propongo crear el Bono al Sapo Cooperante (Bs. 1.500.000). Por cada echadura de dedo con frutos tangibles tendrá este patriota no solo derecho al Bono sino también a una Caja CLAP fija mensual totalmente gratis, que se incrementará en número en la medida en que sean más las detenciones de personas no afectas al gobierno. Aclaro que, por mi detención, no está contemplado Bono alguno. Digo, por si acaso.