lunes, 20 de mayo de 2013

Lo barato sale caro


Aquí Opinan
Lunes 20 de Mayo de 2013
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TalCual


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Lo barato sale caro



TULIO RAMÍREZ


E l recién proclamado Presidente de la República, no digo electo por las razones que todos conocen, se inició en el cargo dando unas declaraciones que indicaban hacia dónde podrían ir nuestras universidades. Manifestó que creía más en la sabiduría popular que en los hombres de ciencia.

Diría mi tío Rigoberto, "si así es ques ques, entonces se acabó lo que se daba".

Con este misil cargado de desprecio por la ciencia, los universitarios no deberían ilusionarse con las promesas de diálogo para ayudar a nuestras casas de estudio a salir del foso financiero donde se encuentran. No lo hicieron antes cuando El Padre dirigía los destinos del país, mucho menos lo harán ahora que El Hijo marcó distancia con los saberes generados desde la rigurosidad de la academia.

Esta postura explica el que hasta el momento de escribir estas líneas, el gobierno nacional no haya asomado ningún gesto, guiño o mensaje indirecto que sugiera alguna posibilidad de atender las justas peticiones de los profesores universitarios.

Paradójicamente, sin que se lo hayan pedido, el Presidente saltó raudo a otorgar un aumento del 40% y otra serie de beneficios socioeconómicos al sector militar, que no dudo, ha hecho suficientes méritos para merecerlo.

"Hace cinco años me quejaba porque no me alcanzaban los reales para comprar libros, ahora me quejo porque no me alcanza para comprar comida", me comentaba una profesora de la UCV con 24 años de servicio, maestría y doctorado, 4 libros y una treintena de artículos publicados en las mejores revistas científicas del mundo. "Profe, el mes que viene renuncio a la UCV", me comenta una profesora Asistente con 10 años de servicio, con maestría y estudiante de doctorado. Al preguntarle, por ociosidad claro está, las razones de su decisión, respondió: "con los descuentos, el condominio, los servicios, el colegio a dos muchachos y el mercado, mi quincena queda en 148 bs, la semana pasada le pedí prestado a la cachifa de mi vecina que gana más que yo". Pero las angustias no solo vienen por los ridículos sueldos.

Una profesora de Veterinaria me comentaba con mucha indignación que sus investigaciones estaban paralizadas porque el receptor de factor de crecimiento tipo1 (IGF-r), crucial para su experimento dirigido a mejorar la cría de animales, pasó de 4.200 bs a 34.000 bs y la universidad no tiene cómo comprarlo por el exiguo presupuesto.

Mi apreciado lector, un país que quiera salir del atraso y la dependencia, no debería preferir gastar más de 11.000 millones de dólares en armas compradas a Rusia y dejar casi en la indigencia a talentosos profesores. Esto, sin mencionar que se condena a nuestros estudiantes a formarse con equipos obsoletos que tienen más de 30 años de atraso y sobreviviendo con becas que harían reír a cualquier pedigüeño de oficio. Esto es lo que hay, como dijera aquel ministro de información. La sabiduría popular es muy respetable y sobre todo muy económica, pero como dice el dicho, señor Presidente, lo barato sale caro.

lunes, 6 de mayo de 2013

Camarada, te vuelvo a escribir

Aquí Opinan
Lunes 06 de Mayo de 2013
 |  15
TalCual


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Camarada, te vuelvo a escribir



TULIO RAMÍREZ



Mi querido y muy apreciado camarada, el 11 de diciembre de 2008 te escribí una carta a través de este diario, no sé si lo recuerdas. En esa oportunidad confesaba que me asaltaba la duda sobre mi actitud frente a la revolución bonita. Mientras yo me distanciaba de ella, tú seguías con el mismo ímpetu revolucionario de nuestra juventud universitaria. Para ahorrarte el esfuerzo de memoria cito textualmente lo que en esa oportunidad te escribí: "me he preguntado si nuestras acciones, no pocas veces riesgosas, y encarcelamientos en los sótanos de la policía política, terminaron siendo para mí, simples gajes de una juventud entusiasmada por ideales propios de la edad, mientras que en tu caso, fue el inicio de una vida entregada a una utopía que hoy ves hecha realidad con la llamada revolución bolivariana de Hugo Chávez".

También rememoraba los motivos de nuestras luchas setentosas, cito nuevamente: "nos cansamos de pegar afiches en las elecciones para evitar que el Parlamento fuese un centro donde un sector político impusiera su hegemonía despreciando a las minorías.

Fuimos defensores de la libertad de expresión, repudiando la práctica de la censura por parte de gobiernos intolerantes a la crítica y nos opusimos fieramente a la ideologización en la educación". Remataba diciéndote que "no se te debe olvidar la alegría que sentimos cuando CAP fue desalojado de la presidencia de la república por regalar el dinero del fisco a aliados extranjeros mientras hospitales y escuelas estaban destruidos".

Querido amigo, han pasado 5 años de esa misiva y siempre aposté a que tu sensibilidad e inteligencia ayudarían a que, más temprano que tarde, abrieras los ojos y te deslindaras de un proceso que representa todo lo que atacaste en tu juventud. Pero todavía te veo acompañando a quienes a plena luz del día, al descampado y sin pudor alguno malbaratan, regalan y roban los dineros de la nación, persiguen a los trabajadores por pensar diferente, encarcelan a honestos hombres, son indiferentes ante la delincuencia que masacra a nuestro pueblo, abusan groseramente del poder, ostentan riquezas mal habidas, violan permanentemente la Constitución y las leyes, excluyen y discriminan a quien no es sumiso al régimen, golpean a mujeres indefensas en la AN y para colmo cometen un enorme fraude electoral que prácticamente confiesan, al no permitir la auditoría a los cuadernos de votación.

Recuerdo que aquella carta pública de la que por cierto, nunca obtuve respuesta, terminaba con un llamado a tu sensatez, y cito nuevamente: "hoy acompañas y defiendes lo que ayer considerabas como la más ignominiosa degradación de un país. Pero te esperaré en esta acera con el aprecio de siempre, la lucha por la libertad te necesita". No pierdo la esperanza, camarada.

Confío en que cuando este régimen pase a ser abiertamente represivo y fascista, indicativo de sus últimos estertores, no termines torturando a quien toda la vida fue tu compañero de sueños libertarios. ¡Saludos!