martes, 24 de julio de 2018

La mujer como icono de episodios históricos, por Tulio Ramírez

@tulioramirezc

Muchas mujeres se han convertido en símbolos de grandes acontecimientos o grandes gestas que han dejado huella en la memoria colectiva de los pueblos, incorporándose al imaginario universal. La figura de Eva representa la raza humana con sus virtudes y sus defectos. Más que la asociación con el castigo por cometer el pecado de desobedecer los dictámenes de su Creador, lo que ha hecho la sabiduría popular es asociarla a la belleza, al poder de convencimiento y el libre albedrio.
Al final, más allá de la connotación religiosa, lo que se destaca es el inmenso poder femenino que es capaz, con astucia e inteligencia, de hacer cambiar los planes del Todopoderoso”.
Más que la figura de los faraones, la imagen que evoca el antiguo Egipto es la figura de Nefertiti quien viviera desde el año 1370 a 1330 A.C. Esta esplendorosa mujer fue reina de la Dinastía XVIII de Egipto y esposa del Faraón Akenatón. El busto que reposa en el Museo Neues de Berlín es quizás la figura más difundida por todos los medios de comunicación cuando se quiere evocar la época de las Pirámides y sus misterios. Su cuello largo, cara perfilada y portadora de una corona alargada que hace recordar a la esposa de Homero Simpson, la hemos observado desde nuestras clases de Historia Universal en el Liceo, hasta en las entradas de Discotecas temáticas ambientadas con motivos propios de la Tierra de los faraones.
La revolución francesa tiene un icono, una imagen que siempre evoca esa épica de la Historia de la Humanidad. Se trata de la obra pictórica de Eugene Delacroix llamada “La Libertad guiando al Pueblo”. En esa pintura, la imagen de La Libertad está representada por una mujer blanca, con un hermoso rostro caucásico, vistiendo un traje rasgado que le permite enseñar parte de un voluptuoso y hermoso busto. Esta bella mujer enarbola la bandera francesa, aupando a los milicianos armados a que la sigan por sobre los cadáveres que ha dejado la cruenta lucha por la liberación del yugo impuesto por el Ancién Regime.
Las revoluciones comunistas no se quedaron atrás en eso de crear iconos femeninos. Los soviéticos y los chinos fueron muy duchos en el arte de la propaganda. Vender la idea de que con el socialismo las mujeres se liberarían de una histórica opresión, fue el norte del mensaje. Los bolcheviques inmortalizaron a la mujer comunista en un poster elaborado por T. F. Belozvetova en 1944. “Queremos reconstruir nuestra ciudad natal”, era el texto que encabezaba este poster en el que una mujer en traje de obrera señala con su mano derecha una ciudad en ruinas, seguida por un pueblo dispuesto a dejar el pellejo por la construcción del socialismo después de los destrozos de la 2da guerra mundial.
La revolución cultural que impulsó Mao para “deslastrar” a la sociedad china de las “ideas pequeño-burguesas”, llenó a las ciudades y aldeas de ese enorme país con propaganda y afiches que daban protagonismo a las “jóvenes combatientes” quienes con su dedo acusatorio conminaban de manera intimidatoria, a participar en “la limpieza ideológica de la revolución”. No podemos dejar a mencionar a la revolución cubana y el estereotipo de “La Heroica Compañera” vestida de miliciana y pañoleta en cabeza, sudando la gota gorda en el cañaveral para lograr la meta de 10 millones de toneladas de azúcar que solo la mente afiebrada de Fidel podía imaginar. Estos hacedores de realidades paralelas a través de la propaganda, han sido los que más han utilizado a la figura femenina con fines políticos.
Al socialismo chavista le ha costado mucho vender la imagen de la mujer como fiel defensora y vanguardia de la revolución. Sus campañas han sido de estruendosos fracasos”.
Eso de incentivar la paridera de muchachos o mandar a golpear Diputadas opositoras no es muy heroico que se diga. No han pegado una al pretender construir “Combatientes compañeras” de la nada. Ministras, rectoras del CNE y magistradas del TSJ son impresentables para cualquier campaña de apoyo a la revolución en representación de la mujer venezolana.
Sin embargo, ha habido una imagen que refleja de manera nítida lo que es la revolución bolivariana y su trato con las féminas. Me refiero a la de la pobre mujer que fue captada desnuda y famélica en extremo, deambulando por una calle del oriente del país. No sé quién es, no sé si tiene problemas mentales. Ojalá sus familiares o las autoridades la hayan socorrido, pero al ver la imagen por las redes sociales, un sentimiento encontrado me invadió. Sentí una profunda rabia porque sé que como ella, hay muchas en este desdichado país por la falta de alimentos y atención médica. A la vez, sentí mucha tristeza porque buena parte de las venezolanas que han llegado a estados parecidos, han sido furibundas defensoras de quien les ha causado esa desgracia.

lunes, 9 de julio de 2018

Los Zapatos de la discordia, por Tulio Ramírez


El primer escándalo del cual tuve conocimiento donde estaban involucrados unos zapatos, fue el ocasionado por Cenicienta y sus hermanastras. Las muy bichas alegaban ante el Príncipe que el zapato de cristal que había dejado en su huida la chama con la tripeaba en el baile, era propiedad de una de ellas. A las muy descaradas ese calzado talla 37 no les entraba ni con vaselina. Sus delicados pies talla 45, más unos señores ñames distorsionados, echaban por tierra sus pretensiones. No recuerdo cual fue el final, pero estoy seguro que ninguna de las tres patonas se quedó con el guapo de la realeza.
El segundo escándalo que viene a mi memoria donde están involucrados zapatos, fue el protagonizado por Imelda Marcos, la elegante esposa del para entonces Presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos, quien fuera depuesto en 1986 por una revuelta popular que terminó con su gobierno dictatorial de 21 años. A la doña le consiguieron la bicoca de 1.220 pares de zapatos de lujo, perfectamente alineados en un closet construido en sus aposentos.
Recuerdo que esta noticia tuvo más centimetraje que la propia caída del dictador. Nadie le paró a la descomunal fortuna en colecciones de joyas, obras de arte, bienes inmuebles, cuentas bancarias y títulos valores en muchas partes del mundo. La corrupción, la violación de los derechos humanos, y la persecución política pasaron a un segundo plano. Las páginas de los principales periódicos del mundo resaltaron solo la tenencia de los fulanos guachicones. Como dijera mi comadre Camucha, gran cultora del ingenio carupanero: “La envidia no mata mi compai, pero como duele mijo”.
El tercer affaire asociado con algún calzado fue el protagonizado por mi amigo de la infancia Chicho Carrasquel. En nuestros años juveniles solíamos aparecernos en fiestas aun no siendo convidados. Un bonche con puerta abierta era una invitación implícita y nosotros las atendíamos a todas sin discriminación. En una oportunidad nos coleamos en una fiesta muy formal, nos dimos cuenta de ello ya estando en la mesa de los pasapalos.
No podíamos pasar desapercibidos. Nuestras vestimentas nos delataban. Pero ni modo, a lo hecho pecho. Mi amigo sacó a bailar a una de las muchachas más bellas. De pronto paró la música y colocaron aquélla canción del Gran Combo de Puerto Rico que decía más o menos así “Los zapatos de Manacho son de cartón, son de cartón, son de cartón…”. Era evidente que estábamos descubiertos y procedimos a salir discretamente. A partir de ese momento antes de colearnos a una fiesta hacíamos trabajo previo de inteligencia para luego no pasar pena.
Recientemente observe por las redes sociales otro asunto relacionado con esa prenda de vestir. Eran dos recuadros. En uno aparecía un profesor (no recuerdo si de la UCV) mostrando sus zapatos viejos y con la suela casi desprendida. La leyenda recogía sus palabras. Manifestaba que con esos zapatos iba todos los días a dar clases. En el otro recuadro, aparecían sentados en una acera altos funcionarios del gobierno rodeando al Presidente Maduro.
Había un ambiente de informalidad. El detalle es que los zapatos del antiguo Alcalde eran unos guayos de más de 790 dólares. Esta información fue aportada por un patriota cooperante de los de acá, que se dedicó a hurgar en las tiendas virtuales el costo de tan bellos deportivos. Ambas gráficas reflejan de manera perfecta la actual situación en Venezuela.Por una parte un profesor que gana menos de 5 dólares al mes y que tiene que caminar arrastrando los pies para que el chancletazo de la suela no suene y lo delate; y por otro lado, un líder revolucionario posando para vender la idea de humildad en el poder, que luce unos zapatos que nuestro profesor solo podría comprarlos si ahorrara íntegros por 14 años sus 5 dólares de sueldo. Con razón los llamaron, los zapatos de la discordia.