lunes, 25 de marzo de 2013

!Un cambio es necesario!

Aquí Opinan
Lunes 25 de Marzo de 2013
 |  17
TalCual


Aquí Opinan

¡Un cambio es necesario!



TULIO RAMÍREZ



Intentando abordar el Metro de Plaza Venezuela, fui testigo de una discusión entre dos personas de edad que a todo volumen se lanzaban argumentos, no tanto para convencer al interlocutor respectivo, sino más bien para reclutar adeptos entre el resto de los pasajeros. El polémico tema tenía que ver con la manera como el gobierno trató la muerte del presidente Chávez. Ambos sujetos rondarían por los 80 o más años, de evidente extracción humilde y, por lo escuchado, poco versados en el arte de la política. En fin, dos venezolanos de esos que llamamos de a pie, cuando nos queremos referir al pueblo llano y poco instruido.

Uno de ellos, de seguro trabajador jubilado de algún ministerio de la IV, señalaba disgustado que el gobierno se había burlado de los venezolanos, ya que los partes sobre la salud de Chávez no se correspondían con la realidad y que inclusive en las propias exequias le jugaron kikirigüiki a quienes fueron a acompañar el féretro hasta la Academia Militar, por aquello que se ha dicho hasta la saciedad y que ustedes conocen, pero que no diré para que no me metan preso. Por su parte, el contendiente, ubicado dos serpientes más allá, quizás también jubilado pero beneficiario de alguna Misión por la vehemencia en el hablar y su franelita roja con los ojos de Chávez, ripostaba diciendo que el Comandante merecía respeto y que todos deberíamos estar llorando a moco suelto por la partida de ese gran benefactor que nos dejó a tiro de conseguir la máxima felicidad sobre la tierra.

La discusión fue subiendo de tono y la diatriba pasó de los argumentos a los insultos. "Eres un escuálido, reaccionario, pitiyanky y apátrida", fue lo más barato que dijo el defensor de la revolución; "y tú eres un resentido, ignorante, que aplaude como foca todas las mentiras que te digan", le replicó el otro con la misma fuerza y tono de voz. A todas estas el resto de los pasajeros observaban nerviosos el altercado pero sin atreverse a terciar por alguno de los dos contrincantes y, menos, para calmar los ánimos. Por fin el vagón llegó y ambos lo abordaron por puertas diferentes perdiéndose entre la multitud. El episodio aquí narrado nos muestra cómo nos está dejando el país esta experiencia barroca que ya cuenta con 14 años. El discurso agresivo que ha estimulado la lucha de clases, ha sido comprado por buena parte de la población humilde para ir contra sus iguales, como si fueran éstos causantes de todas las desgracias y calamidades que le han traído a este país las malas políticas implementadas por los gobernantes. Pero la desgracia no se centra en estos espontáneos contrincantes.

La indiferencia de unos y el miedo de otros evitaron que los espectadores de este round improvisado intervinieran para calmar los ánimos y evitar que la cosa pasara a mayores. Así, mientras dos toletes se matan, otro tolete observa temeroso sin hacer nada. Así está Venezuela, así nos la dejó Chávez y así continuará de seguir imponiéndose la violencia como forma de hacer política. ¡Un cambio es necesario!

lunes, 11 de marzo de 2013

!Nicolás , te pasaste!

Aquí Opinan
Lunes 11 de Marzo de 2013
 |  22
TalCual


Aquí Opinan

¡Nicolás, te pasaste!



TULIO RAMÍREZ



L a verdad no sé si la presión de los estudiantes hizo que se precipitaran los hechos y el gobierno decidiera ponerle fin a la novela de suspenso que, por entregas, le narraban al país por cadena nacional. Mis colegas profesores, quizás por un comprensible arranque de chauvinismo, aseguran que si no hubiese existido la presión de los jóvenes universitarios, el gobierno hubiese sido capaz de extender la trama de la agonía presidencial hasta donde hubiese sido posible, cual si fuera uno de aquellos culebrones de Delia Fiallo que tenían la virtud de ser sanforizados, es decir, se estiraban o encogían de acuerdo al rating. Por supuesto, esta tesis es precedida por la hipótesis que sostiene que el Comandante efectivamente habría fallecido días o semanas previas a la fecha y hora de muerte señalada por Maduro.

Siempre quedará la duda, debido a la poca transparencia con la cual, comunicacionalmente, fue tratado el tema desde un principio.

Sin embargo, es posible que haya algo de verdad en esa afirmación, en primer lugar es muy extraño que después que los estudiantes se apostaron en la Embajada de Cuba exigiendo el retorno del Presidente, hayan decidido su traslado al país, en segundo lugar, después que amenazaran con acciones más contundentes si para el viernes 8 de marzo no daba señales de vida, nos anuncian el día 6 la lamentable noticia.

¿Casualidad o causalidad?, la historia tarde o temprano nos sacará de dudas.

Lo que sí es cierto es que esos valientes muchachos se expusieron a ataques, insultos y agresiones de parte del todopoderoso Estado. Pese a ello, se dieron a la tarea de exigir lo que todo el mundo, con más o menos miedo, pedía.

Como siempre, los estudiantes universitarios hicieron honor a su condición de jóvenes, rebeldes y críticos, y se enfrentaron contra un gobierno que castiga la no subordinación y premia la sumisión y el silencio cómplice. Una vez más salieron victoriosos. En otro orden de ideas y hablando de castigo, es inevitable referirme a la alocución de Maduro en la tarde de aquel fatídico día. Como si ya conociera la noticia que le fue dada horas después, arremetió de manera furibunda contra los opositores al gobierno, acusándolos de haber inoculado el virus del cáncer en la humanidad presidencial. Inclusive aseguró que se adelantaría una investigación científica (raro en él, que no le gusta la ciencia ni los científicos), para determinar que hubo magnicidio. Por supuesto, este no era uno de los insultos a los cuales tiene acostumbrada a la oposición, la cual de tanto oírlos ya ni les para.

No sé si por su cabeza pasaban imágenes como las de Mata Hari, James Bond o alguno de los espías del equipo de Misión Imposible, vertiendo en el cafecito mañanero el polvillo asesino o inoculando con jeringas en miniatura y con silenciador, la fórmula hecha en la CIA para generar la terrible enfermedad.

Se puede entender el momento de impotencia, rabia y dolor, pero de allí a hacer acusaciones de ese tenor hay un buen trecho.

¡Nicolás, te pasaste!