lunes, 27 de enero de 2014

Recomendaciones para ir al Supermercado

Aquí Opinan
Lunes 27 de Enero de 2014
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TalCual


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Recomendaciones para ir al supermercado



TULIO RAMÍREZ



S oy el que hace mercado en mi casa, lo confieso.Quizás esta indiscreción me cueste algunas amistades. Siempre puedo alegar la "obediencia debida" en mi defensa, aunque la verdad, lo hago con mucho placer y a motu pro- pio. Además, y ese es mi secreto, es una magnífica manera de resguardar mi economía. Si el mercado lo hiciera el entorno familiar, estoy seguro de que arrastraría un déficit fiscal de tal magnitud que ni con la asesoría de José Guerra pudiera equilibrar mis cuentas. Mi experticia en el área me obliga a brindar algunos consejos a colegas y amas de casa para hacer las compras semanales, sin invertir más de medio día en ello y, muy importante, salir ileso psicológica y físicamente de ese trance.

Lo primero es pararse temprano. Aunque el supermercado lo abren a las 9:00 am es mejor estar merodeando por allí desde las 8:00 am, de tal manera que haya tiempo de pasearse por el depósito y verificar con los vigilantes si la noche anterior llegaron los camiones con el aceite, la harina o el azúcar. Si sus hijos no son de la generación "Hola, Bendición y Chao", le sugiero que se lleve a dos de ellos y tres wakitokis. Al menor (Águila 1), póngalo a hacer de una, la cola para pagar, recuerde que llegarán cientos de personas y solo habrá tres cajeros, aunque existan ocho cajas. Usted (Cóndor 2), dedíquese a recorrer los anaqueles y vaya llevando al carrito, custodiado por Águila 1, los productos que logre conseguir. El tercero (Halcón 3, quien ha de ser el más fuerte) debe dedicarse a pasear como espía por los pasillos e interceptar mensajes como: ¡salió el azúcar!, ¡la leche en polvo apareció!, ¡en el pasillo 3 hay papel toilette!, ¡la harina de maíz la están descargando, sale en 5 minutos! Su misión es estar presto para correr por los pasillos y entrar al forcejeo con los demás compradores y capturar los productos. Los wakitokis sirven para alertar a Halcón 3, sobre movimientos sospechosos en algún pasillo o para que Águila 1 envíe reportes sobre cuán cerca está del cajero.

Otras recomendaciones. Llévese una cinta tricolor y un marcador. La cinta es para colocársela al carrito. En caso de que, por un descuido de Águila 1, se lo hurten, con la cinta lo identificará rápidamente. Marque los productos, no vaya a ser que le sustraigan los potes de leche que Halcón 3 defendió heroicamente, cuando la baraúnda cayó en tropel sobre el acomodador del pasillo 6.
Finalmente, haga alianzas estratégicas con los acomodadores, páseles una tarjetica con su celular para que por mensaje de texto le informe cuando llegue el suavizante de ropa, indíquele que sabrá recompensar su ayuda. Una vez cumplido el objetivo, llegue a su casa, condecore a Águila 1 y a Halcón 3, tómese un whisky (perdón, no fue intencional), recuéstese un rato y prepare su plan para la semana siguiente, que esta guerra promete ser larga y cada vez más cruenta. Hacer mercado en Venezuela se ha convertido en una maniobra militar con su Estado Mayor, soldados, estrategias y espías. Así puede ser un día en el supermercado.

lunes, 13 de enero de 2014

!Strike tres ponchado!

Aquí Opinan
Lunes 13 de Enero de 2014
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¡Strike tres, ponchado!



TULIO RAMÍREZ



L uis (de más está aclarar que es un seudónimo) es un colega profesor con el que he compartido más de 25 años de trabajo en la UCV. Siempre ha sido de izquierda. Desde su época de estudiante militó en los pedazos que quedaron luego de que el PCV y el MIR decidieron acogerse a la política de pacificación. Ya graduado y como profesor universitario fue muy activo en las filas del MAS.
En 1998 respaldó a Chávez y lo acompañó aun cuando su partido decidió retirarle el apoyo. Un poco más tarde se afilió al PSUV, sin aspiración a cargo alguno, aunque en verdad nunca le ofrecieron algo.

Hace unos días me lo conseguí en uno de los cafetines de la universidad. Tenía tiempo sin verlo, ya que su vehemencia y fanatismo impedían mantener con él un dialogo sereno y alejado de pasiones. Desde que en el 2002 aseguró con la convicción de un Galileo Galilei, que la voz que se escuchaba el 11 de abril llamando a aplicar el Plan Ávila para reprimir a los manifestantes, no era la de Chávez sino la de Rolando Salazar, preferí mantener una prudente distancia en aras de conservar una amistad que había comenzado mucho antes de que apareciera ese relajo incoherente de ideas en que se convirtió el chavismo. Después de darnos el abrazo de año nuevo y preguntar por nuestras respectivas familias y amigos comunes, decidí que era el mejor momento para alejarme, no vaya a ser que el tema político se colara y se ampliara más el océano que nos ha separado por tanto tiempo.

Estaba ya haciendo el gesto de la despedida cuando de repente me tomó por el hombro y me detuvo. "Ya no estoy con el proceso, quiero que lo sepas". Me lanzó ese rectazo por toda la zona de strike. No me dio tiempo de sacar el bate, me quedé paralizado, no me lo esperaba. ¡Strike uno! "Y no se trata de que ahora es Maduro y no está Chávez".

Esta vez fue una curva que me sacó de paso y cayó en todo el centro. ¡Strike dos! Pedí tiempo, me alejé del home, miré a todas partes para saber si había otros testigos de esta conversación, me acomodé a esperar el siguiente lanzamiento con la certeza de que venía otra recta y le haría swing. "Me jubilé en el 2005 y no me han pagado los pasivos a pesar de que otros que se jubilaron después ya cobraron; participé en el SICAD tres veces y nunca me asignaron dólares; tengo una hija estudiando en Chile y CADIVI no me da el cupo para estudiantes; solicité un pasaporte hace cinco meses y perdí el viaje porque nunca me lo dieron y la línea que me vendió el boleto se fue ya del país; tengo un pariente con cáncer y no consigo los medicamentos; a mi tío le expropiaron una finca que fue su sustento toda la vida, está sin trabajo y no lo han indemnizado; han asesinado a dos sobrinos y la policía ni pendiente; y ahora para rematar, me robaron el carro en mi casa, lo vieron en el edificio de la Gran Misión Vivienda que construyeron enfrente, lo reclamé y me amenazaron de muerte a mí y a mi familia si lo denunciaba a las autoridades, ya no aguanto más".
¡Strike tres, ponchado!, no había nada que hacer, me esperaba cualquier cosa menos esa bola de nudillos.

¡Feliz 2014!