Taxonomía del chavismo, por Tulio Ramírez
La verdad es que los venezolanos somos
una cosa seria. Ahora resulta que tenemos un nuevo entretenimiento. De un
tiempo para acá la nueva modalidad es ponerle nombres a facciones, grupos y
grupúsculos chavistas que se deslindan del gobierno, por vaya usted a saber por
qué. El asunto consiste en identificar a los que se dicen ser pero que ahora no
son, o de aquellos que dicen seguir siendo, pero diferentes a los que se dicen
que son, pero que no son. ¿No entendió amigo lector?. Pues abróchese el
cinturón (de seguro utilizará el último huequito), porque intentaremos
explicarle en qué consisten y que describen estas denominaciones.
Los primeros fueron los llamados
“chavistas Light”. En un primer momento creí que eran chavistas dietéticos o
dedicados al Fitness. Luego me explicaron que se trataba de aquellos que entre
palos y tequeños asentían y hasta acompañaban a furibundos opositores en sus
críticas al gobierno, mientras que al día siguiente iban a las reuniones del
PSUV. Estos Chavistas bajos en calorías, confesaban que si eran, pero no tan
así como los “mascaclavos repartidores de trompadas”, que sí lo eran en extremo
(¿¿??). Lo cierto es que este tipo de chavista disfrutaba de lo mejor de ambos
mundos. Igual asistían a los cocteles organizados por opositores que
ingenuamente los invitaban porque había que sumar y ganárselos, como asistían a
las parrilladas y whiskysadas del gobierno, donde decidían en medio de la pea
revolucionaria a cual opositor había que joder
Años después saltaron a
la palestra los llamados “Chavistas críticos”. Advertían que nunca han dejado
de serlo y que eso no los invalidaba para criticar a los que son o dicen serlo
(¿¿??). Estos chavistas críticos nunca fueron tan vivianes como los “Light”.
Asumieron riesgos con sus duras críticas al régimen, es cierto, pero nunca han
renunciado a su condición chavista. Eran los “nuevos aliados” a quienes había
que tratar con manos de seda porque “hay que sumar”. Se nos advirtió que no se
les podía culpar de nada, no vaya a ser que se devuelvan. Se hizo rutina verlos
en los actos de la oposición, compartiendo tarima y micrófono con los que días
antes criticaban de manera furibunda y rabiosa. Pero así es la política, no la
he inventado yo.
Ahora aparecen los “chavistas
originales”. Esta tercera categoría es un caso extraño. Dicen que son y siguen
siendo, pero no quieren ser como los del gobierno porque dejarían de serlo
(¿¿??). O sea, algo así como que son pero no son, porque quieren seguir siendo
(¿¿??). Su objetivo declarado es que cambie el gobierno chavista para imponer
un gobierno chavista (¿?¿?). En todo caso hay que comenzar por saber si lo de
“originales” es para diferenciarse de los “imitadores” o porque fueron los que
originalmente contribuyeron al caos que hoy nos azota.
Imagino que luego
aparecerán los “chavistas arrepentidos” afirmando que si bien ellos eran, ahora
no son y les avergüenza haber sido (¿¿??). Y por supuesto no está descartada la
aparición de los “chavistas antichavistas” diciendo que si antes eran, ahora no
son, y que no se explican porque fueron, si nunca estuvieron de acuerdo con
serlo (¿¿??). Mi abuela Clemencia siempre decía ante estos enredos: “Aprenda
mijo, no se engañe, loro no es humano porque hable. Puede hasta cantar, pero seguirá
siendo un loro”.
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