lunes, 7 de abril de 2014

Colas de colas


Aquí Opinan
Lunes 07 de Abril de 2014
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TalCual


Aquí Opinan

Colas de colas



TULIO RAMÍREZ



Como andan las cosas contra este periódico es mejor cuidarse y comenzar el artículo de la siguiente manera: El Ministro de Alimentación Félix Osorio
o
alguien parecido a él, supuestamente dijo en una supuesta rueda de prensa, lo siguiente: "aquí se hace cola para todo. Para ir a conciertos, al cine, al banco, pero critican las colas para comprar alimentos". Ahora bien, confío en que lo que recogió el fablistán y transcribió en su nota sea exactamente lo que dijo quien supuestamente lo dijo. De no ser así, desde ya pido mil excusas y exonero a TalCual de las consecuencias de mi inocentada. Imagínense, si el tabloide no aguanta otra demanda, qué quedará para mí con ese sueldito de profesor universitario que me dura lo que a un enchufado el primer trago de whisky celebrando un guiso exitoso, o sea nada.  Así las cosas, seamos prudentes y continuemos, salvando el hecho de que si el Ministro no dijo lo que dijo el periodista que dijo, asumo que por lo menos lo dijo el periodista y no el Ministro. 
 Al hablar de colas hay que hablar de Cuba. 54 años en ese tejemaneje no es cualquier concha de ajo.,

Las colas están tan arraigadas que si alguno llega a un establecimiento donde no la haya, no entra. El condicionamiento operante Skinneriano permite explicarlo. Fidel siempre dijo a los cubanos que eran un pueblo heroico que se sometía gustoso a cualquier sacrificio por la revolución. Prometía que como héroes, serían recordados como los constructores del socialismo más puro que la raza humana haya podido crear. Con ese discurso martillándote todos los días en las interminables cadenas del Comandante y en las miles de vallas con las que empapelaron la isla, se entiende que cualquiera se sienta culpable al entrar en un abasto sin cumplir el sacrificio que le corresponde como revolucionario, hacer la cola. El lema Patria o Muerte no es otra cosa que llevar a su máxima expresión la idea del sacrificio individual y colectivo como única manera de lograr el socialismo.

Estados Unidos es el país de las colas, y muy pocos se colean. Recordemos las colas de tres días que hicieron los jóvenes para ver la saga de la Guerra de las Galaxias, o las colas para ver un partido de la Serie Mundial. En nuestro caso hemos hecho colas con gusto. Por ejemplo para ver el CaracasMagallanes, para ir al cine o para comer en un buen restaurante. Pero esas colas se hacen con satisfacción, para disfrutar de un buen espectáculo o una buena comida, y si es para cobrar en el Banco el placer es doble. Pero otra cosa es hacer una cola para sobrevivir. Nadie puede sentir felicidad si hay que hacer colas de 4 horas para comprar un pote de leche después de un humillante marcaje en el brazo. Nadie puede ser feliz al hacer una cola para comprar una medicina que nunca llega y que de ella depende una vida, o al hacerla para pedir una limosna en una de las Misiones, o en CADIVI para que te digan que tu solicitud no procede. No, ministro, o quien sea que lo haya dicho, hay colas de colas, y la que este gobierno promueve no es precisamente la cola feliz.

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