lunes, 24 de marzo de 2014

Monumento al Gocho Desconocido

Aquí Opinan
Lunes 24 de Marzo de 2014
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TalCual


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Monumento al Gocho Desconocido



TULIO RAMÍREZ



L os venezolanos somos amantes de la paz. Nos encanta la playita, el dominó, la cervecita, comer bien y bailar pegao. Pero esas virtudes tan venezolanas no se riñen con nuestro ancestral deporte nacional. Me refiero a ese que en nuestras preferencias está después del beisbol y antes que el fútbol. De seguro ya adivinó. Sí, es ese mismo que está pensando: la protesta ciudadana. Nosotros protestamos por todo, con o sin razón. Armamos un lío si un cajero de banco atiende a un motorizado recién aparecido antes que a nosotros, que llegamos primero; recordamos progenitoras cuando se nos colea un conductor irrespetando la regla no escrita del "pasa uno de ustedes, pasa uno de nosotros"; o nos quejamos airadamente ante el Maitre si somos mal atendidos por un mesonero que por su gestualidad, y de acuerdo a nuestra capacidad para la programación neurolingüística, advertimos que nos pasó por bolas porque nos vio cara de limpios o de recién vestidos. Ya lo decía Guzmán Blanco, Venezuela es un cuero seco, lo pisas por un lado y se levanta por el otro.

Desde hace 15 años nuestra capacidad de protesta se ha potenciado. Las malas políticas, deficientes servicios, escasez de alimentos, desconocimiento de derechos laborales, promesas incumplidas, la inseguridad, la falta de vivienda y la discriminación por motivos políticos han generado, solo en el 2012, más de 5.400 protestas documentadas, aunque siempre está la cifra negra de las mentadas de madre hogareñas cada vez que abrimos el chorro y no hay agua, o no hay luz por un apagón atribuible al clima, la fauna o a la flora, pero nunca a la ineficiencia del gobierno. Sin embargo, más allá de las consignas y alguna que otra marcha al ministerio tal o cual, no ha imperado la violencia como forma de lucha ciudadana.

Muy atrás habían quedado los tiempos de la guarimba y los cauchos quemados en la entrada Tamanaco de la UCV. Ese ritual bobo que cada jueves seguían quienes hoy aborrecen esa forma de lucha que, por cierto, garantizó que nunca fuesen detenidos por los organismos policiales. Hoy el gobierno acusa de violentos a los jóvenes manifestantes. Es posible que en el fragor de la protesta y ante las arremetidas de la GNB y las bandas armadas afectas al gobierno, más de uno no haya podido aguantar la tentación de lanzar una piedra o levantar una barricada. Pero la respuesta ha sido desproporcionada y hasta criminal. Las autoridades lo niegan, perolas fotos y los videos los desmienten a cada rato. Casi un muerto por día y el gobierno no arrima una pa’l mingo para acabar con esta situación. Solo insulta y descalifica para luego llamar a diálogos que al final son monólogos con graderías no representativas y prestas al aplauso fácil. Apuesto por un diálogo, pero para acordar mecanismos y garantías para que la protesta ciudadana y pacífica no sea reprimida ni criminalizada, no para eliminarla, pues es un derecho. Vendrán mejores tiempos para Venezuela. Para cuando eso llegue, propondré erigirle un monumento al Gocho Desconocido.

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