lunes, 3 de febrero de 2020

Alzheimer
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Alzheimer y revolución, por Tulio Ramírez


En mi juventud el Alzheimer era una enfermedad desconocida. A alguna persona mayor que presentaba los síntomas típicos de esta enfermedad, se le diagnosticaba como senil. Era muy común escuchar en el barrio “misia Carmen como que ya está senil, ayer sacó un fiao del abasto de Felipe y hoy no quiere pagar porque ella dizque no ha ido al Abasto en una semana”. Por supuesto, para Felipe, quien había llegado de Portugal hacia apenas 6 meses, sin plata y sin estudios, misia Carmen estaba “nada é louca, o que é, é um pouco vivaraicha”, en español, “nada de loca, lo que es, es un poco vivaracha”.
Así, los términos senil, loco e´ bola y medio loco eran los más utilizados para caracterizar a quienes presentaban deterioro progresivo de la memoria y de otras habilidades del pensamiento, por lo que llegaban a reducir sus capacidades para realizar las actividades que antes llevaban a cabo con toda normalidad y coherencia. Con el paso del tiempo y el avance de la medicina y la psicología, se construyó un concepto para designar este tipo específico de enfermedad, el Alzheimer.
Los profesionales de la salud coinciden en señalar que el Alzheimer es un tipo de demencia que no está necesariamente asociado con la vejez, aunque es más común en la medida en que avanza la edad. Es una enfermedad terrible porque, si bien el que la sufre no está consciente de ello, su entorno familiar observa con impotencia el deterioro progresivo de su ser querido procurando relentizar los síntomas con medicamentos que no podrán detenerlos y menos revertirlos.
Ya de por sí, es suficientemente estresante vivir esa experiencia con algún familiar, para calarnos el “Alzheimer Selectivo” de los gobernantes y líderes del socialismo del Siglo XXI. Se trata de una situación verdaderamente insoportable. El país ha sido testigo de excepción de los problemas de desmemoria que muestran estos prohombres de la política venezolana.
Escuchar a Maduro decir que “Gracias a Dios tenemos el dólar” a pocos meses de haber despotricado de esa moneda, nos informa sobre algún deterioro de la memoria corta. Que el Diputado del PSUV declare que el impasse en la elección del Presidente de la AN “es un problema entre opositores y que el PSUV no tiene nada que ver con eso”, indica que muy pronto se le olvidó de donde salieron los reales para comprar a los CLAParlamentarios.
Pero vamos a ser serios, estos olvidos selectivos no son exclusivos del actual liderazgo revolucionario. El Galáctico también mostró “una memoria muy frágil”. Recuerdo aquella vez que negó de manera descarada al periodista de CNN, Jorge Gestoso, que despidió a una veintena de altos gerentes de la Industria Petrolera, mencionándolos por su nombre y apellido en cadena nacional de radio y televisión, silbando un pito cual árbitro de futbol. Cuando esos despidos los había realizado apenas unas semanas antes, siendo el preludio del despido de más de 18 mil trabajadores de la petrolera.
Cómo olvidar la oportunidad en la cual dijo a una periodista extranjera que nada tenía que ver con el encarcelamiento de la Juez Afiuni, cuando días antes había ordenado por cadena nacional su encarcelamiento. Así como estas anécdotas, hay cientos que evidencian que tanto El Galáctico como sus herederos, han sido presas de la enfermedad de Alzheimer, pero con piquetes de selectividad. La prueba de ello es que nunca se les ha olvidado donde está el Tesoro Nacional.
Estoy seguro que, si tuviera la oportunidad de preguntar al portugués Felipe su parecer sobre lo aquí escrito, me respondería con su habitual vehemencia: “nada loucos, o que eles são é uma série de viveiros”, en español, “nada de locos, lo que son es una cuerda de vivarachos”.

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