lunes, 5 de marzo de 2018

Venezuela unida no se rinde, por Tulio Ramírez




Autor: Tulio Ramírez | @tulioramirezc

La relación entre el gobierno chavista y la universidad autónoma ha sido poco menos que tormentosa. Si bien a comienzos del periodo chavista hubo una suerte de frugal luna de miel, los estudiosos y entendidos en la materia universitaria coinciden en afirmar que fue algo así como un matrimonio mal avenido.

La ilusión comenzó en agosto de 1999 cuando Hugo Chávez instaló la Asamblea Nacional Constituyente en el Aula Magna de la UCV. Ningún Presidente de la República de la era democrática había pisado ese sagrado recinto. Las tensiones entre la UCV y los gobiernos posteriores a la Dictadura Perezjimenista, llegaron a tal punto que en 1970 el gobierno de Rafael Caldera allanó a la UCV con fuerzas militares, aduciendo el estado de “anarquía y subversión” que imperaba en ella. Este episodio mantuvo por dos años a esta casa de estudios bajo el control férreo de autoridades interventoras.

Luego de esa entrada triunfal de Chávez al Aula Magna, en diciembre del año 2000, el llamado Comandante Eterno procedió a devolver el Jardín Botánico, en manos de la Guardia Nacional desde el allanamiento.

Era la época en la que los encapuchados de los jueves, ahora convertidos en gobierno, asumieron a la UCV como aliada natural de la revolución. Así, no era extraño observar a muchos mascaclavos y ex comandantes de cafetín devenidos en burócratas, obligar a empleados de ministerios e institutos autónomos a trasladarse a la UCV para realizar reuniones de trabajo en espacios universitarios con la anuencia de algunos Directores de Escuela y Decanos.

Había que demostrar que mandaban en el ministerio y en la universidad. La Tierra de Nadie se convirtió en la Tierra del Chavismo, bajo el artificio lingüístico de la Tierra de Todos.
Pero esta luna de miel duró muy poco. El 28 de marzo de 2001, los estudiantes chavistas tomaron por la fuerza el Salón de Sesiones del Consejo Universitario de la UCV. Al principio todo era confusión, pero al advertirse que durante las madrugadas llegaban a la Plaza del Rectorado, vehículos oficiales cargadas de cavas con alimentos y bebidas que funcionarios del gobierno repartían a los tomistas, se llegó a la conclusión de que la intención del gobierno revolucionario de Chávez era hacerse de la universidad por la vía del hecho, ante la imposibilidad de hacerlo por las vías democráticas de las elecciones universitarias. Tres meses duraron los tomistas apoderados del recinto hasta que una marcha pacífica de profesores y estudiantes, los obligaron a desalojar el edificio del Rectorado.

A partir de ese momento las agresiones contra la UCV y el resto de las universidades autónomas no han cesado. Han utilizado diferentes estrategias. Para solo nombrar algunas: la confiscación del CNU por parte del ministerio de Educación Universitaria y los rectores nombrados a dedo por el Ejecutivo Nacional; el arrebato por parte de la OPSU de la potestad autonómica de crear mecanismos de admisión por parte de las universidades; la prohibición de efectuar elecciones de autoridades universitarias de acuerdo a los Reglamentos internos, bajo el argumento de no ajustarse al inconstitucional artículo 34 de la Ley Orgánica de Educación, que violenta la conformación de la comunidad universitaria prevista en el 109 constitucional; la asfixia presupuestaria continuada desde 2007 que ha hecho paralizar la investigación, estimular la diáspora de profesores universitarios por los sueldos de hambre y la exclusión de los estudiantes más pobres gracias a unas providencias estudiantiles cada día más precarias y ridículas. Sin embargo, ninguna de estas agresiones ha doblegado a la universidad autónoma venezolana.

Está claro que la revolución bolivariana nació en los cuarteles bajo el sino de la obediencia y la sumisión, no nació de la inteligencia. Es por ello que la universidad autónoma, democrática y plural nunca podrá arrodillarse a un proyecto político que se sustenta en la fuerza y la represión al pensamiento disidente.

Haciendo honor a este espíritu rebelde y libertario la UCV convoca al pueblo de Caracas al gran acto que se llevará a cabo en nuestra emblemática Aula Magna el día 6 de marzo (mañana) a partir de las 10 am. Participarán distinguidos universitarios, líderes sindicales y estudiantiles, así como representantes de las organizaciones de la sociedad civil, para decirle al gobierno de Maduro que “Venezuela unida no se rinde”.

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