lunes, 5 de septiembre de 2016

Bitácora de una Marcha

Referendo

9:00 de la mañana, estamos prestos a incorporarnos a la marcha convocada por la MUD para solicitar la fecha del Referendo Revocatorio. El Distribuidor de Santa Fe estaba desbordado en los canales de ida y venida de la Autopista hacia Prados del Este. Confieso que como marchista reiterativo nunca había salido de ese sitio. En todas las convocatorias anteriores mi punto de partida fue Santa Mónica, lugar siempre escogido por mis colegas profesores de la Universidad Central de Venezuela. Esta vez cambie mi rutina.

La cantidad de gente era apabullante. La autopista de Prados del Este estaba repleta de jóvenes, adultos contemporáneos y abuelos. Un dato que no puedo dejar de mencionar, es que había mucha gente humilde, de esas que uno estaba acostumbrado a ver en las marchas convocadas por el gobierno. Esto corrobora que la situación ha cambiado. Que lo del 80% de rechazo al gobierno de Maduro no es una ficción fabricada por compañías encuestadoras, sino una realidad de carne y hueso. Parte de esa realidad caminaba junto a mí con el mismo entusiasmo y la misma esperanza por lograr un cambio en Venezuela.

Mientras avanzaba con la multitud, imaginaba los reportes de los servicios de inteligencia que le llegaban a Maduro: “Señor Presidente ya no sabemos qué hacer, no hemos podido detener la marcha, lo único que nos queda es que llueva. Estamos trabajando en eso”. A las 10:30 am llegamos a la avenida Rio de Janeiro. Estaba de bote en bote. Un poco más atrás un mar de gente se desvió y siguió la ruta de la autopista Francisco Fajardo hacia Chacaíto. Era impresionante ver dos ríos de gente, y entre ellos, el río Guaire como testigo de excepción de ese tsunami humano. Para ese momento ya recibíamos reportes de las otras concentraciones opositoras, las de las avenidas Libertador y Francisco de Miranda. La situación pintaba similar o mejor. Ante esas noticias, imaginaba el segundo reporte de inteligencia: “Señor Presidente, con todo respeto, le dijeron que eran como 30000 personas, esos reportes están errados, son como 2 millones y sigue llegando gente”.

Casi al mediodía, ya despejada la autopista, vimos pasar una caravana de motorizados con franelas rojas y autobuses oficiales que se dirigían a la concentración convocada por el gobierno. Estaban escoltados por motorizados de la Policía Nacional Bolivariana. Por supuesto no se hicieron de rogar los gestos obscenos hacia los opositores concentrados a la altura de Las Mercedes. Lo curioso es que en el sentido hacia el Este, la Guardia Nacional obstaculizaba el tránsito de vehículos y motos que querían dirigirse hacia la concentración opositora. Cosas del uso abusivo del Poder. Mientras observaba ese espectáculo bizarro, pensaba en un posible 3er. reporte de los cuerpos de seguridad: “Señor Presidente, nuestros infiltrados informan que pareciera que no vienen a tumbarlo como usted nos advirtió. Esperamos instrucciones porque el sol está muy bravo y aquí no estamos haciendo mucho”.

A la 1:30 pm los dirigentes de la MUD estaban leyendo el comunicado previsto para el cierre de la jornada. La gente no estaba muy atenta porque había mucha deficiencia en el audio, pero allí se mantenían incólumes. Se entendía que la sola presencia era una contribución importante para el éxito de la cita. Al rato y sin proponérmelo, pude observar por breves minutos la alocución del Presidente en la Av. Bolívar en un televisor de un restaurant de la zona. Era imposible precisar las dimensiones de esa concentración por la toma cerrada que hacen los camarógrafos de los canales progubernamentales. Con la duda comenzamos el camino de retorno. No hubo ningún altercado.

Ya en casa, reviso las redes sociales y observo que Diosdado Cabello cuelga en su Timeline una fotografía de una enorme concentración rojita en la Av. Bolívar. Me dije “bueno, también tienen su gente”. Al rato tuiteros acuciosos habían descubierto que esa fotografía no era de 2016. Con esa información imaginé el último reporte del día por parte de los cuerpos de inteligencia: “Señor Presidente, por favor mande a quitar esa foto que montó Diosdado. Somos el hazmerreir del mundo, ya los escuálidos descubrieron que es de 2012”. Hay muchas razones por las que queremos revocar a este gobierno, una de ellas es el uso de mentiras como esta.

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