Bitácora de una Marcha
9:00 de la mañana,
estamos prestos a incorporarnos a la marcha convocada por la MUD para
solicitar la fecha del Referendo Revocatorio. El Distribuidor de Santa
Fe estaba desbordado en los canales de ida y venida de la Autopista
hacia Prados del Este. Confieso que como marchista reiterativo nunca
había salido de ese sitio. En todas las convocatorias anteriores mi
punto de partida fue Santa Mónica, lugar siempre escogido por mis
colegas profesores de la Universidad Central de Venezuela. Esta vez
cambie mi rutina.
La cantidad de gente era apabullante. La
autopista de Prados del Este estaba repleta de jóvenes, adultos
contemporáneos y abuelos. Un dato que no puedo dejar de mencionar, es
que había mucha gente humilde, de esas que uno estaba acostumbrado a ver
en las marchas convocadas por el gobierno. Esto corrobora que la
situación ha cambiado. Que lo del 80% de rechazo al gobierno de Maduro
no es una ficción fabricada por compañías encuestadoras, sino una
realidad de carne y hueso. Parte de esa realidad caminaba junto a mí con
el mismo entusiasmo y la misma esperanza por lograr un cambio en
Venezuela.
Mientras avanzaba con la multitud,
imaginaba los reportes de los servicios de inteligencia que le llegaban a
Maduro: “Señor Presidente ya no sabemos qué hacer, no hemos podido
detener la marcha, lo único que nos queda es que llueva. Estamos
trabajando en eso”. A las 10:30 am llegamos a la avenida Rio de Janeiro.
Estaba de bote en bote. Un poco más atrás un mar de gente se desvió y
siguió la ruta de la autopista Francisco Fajardo hacia Chacaíto. Era
impresionante ver dos ríos de gente, y entre ellos, el río Guaire como
testigo de excepción de ese tsunami humano. Para ese momento ya
recibíamos reportes de las otras concentraciones opositoras, las de las
avenidas Libertador y Francisco de Miranda. La situación pintaba similar
o mejor. Ante esas noticias, imaginaba el segundo reporte de
inteligencia: “Señor Presidente, con todo respeto, le dijeron que eran
como 30000 personas, esos reportes están errados, son como 2 millones y
sigue llegando gente”.
Casi al mediodía, ya despejada la
autopista, vimos pasar una caravana de motorizados con franelas rojas y
autobuses oficiales que se dirigían a la concentración convocada por el
gobierno. Estaban escoltados por motorizados de la Policía Nacional
Bolivariana. Por supuesto no se hicieron de rogar los gestos obscenos
hacia los opositores concentrados a la altura de Las Mercedes. Lo
curioso es que en el sentido hacia el Este, la Guardia Nacional
obstaculizaba el tránsito de vehículos y motos que querían dirigirse
hacia la concentración opositora. Cosas del uso abusivo del Poder.
Mientras observaba ese espectáculo bizarro, pensaba en un posible 3er.
reporte de los cuerpos de seguridad: “Señor Presidente, nuestros
infiltrados informan que pareciera que no vienen a tumbarlo como usted
nos advirtió. Esperamos instrucciones porque el sol está muy bravo y
aquí no estamos haciendo mucho”.
A la 1:30 pm los dirigentes de la MUD
estaban leyendo el comunicado previsto para el cierre de la jornada. La
gente no estaba muy atenta porque había mucha deficiencia en el audio,
pero allí se mantenían incólumes. Se entendía que la sola presencia era
una contribución importante para el éxito de la cita. Al rato y sin
proponérmelo, pude observar por breves minutos la alocución del
Presidente en la Av. Bolívar en un televisor de un restaurant de la
zona. Era imposible precisar las dimensiones de esa concentración por la
toma cerrada que hacen los camarógrafos de los canales
progubernamentales. Con la duda comenzamos el camino de retorno. No hubo
ningún altercado.
Ya en casa, reviso las redes sociales y
observo que Diosdado Cabello cuelga en su Timeline una fotografía de una
enorme concentración rojita en la Av. Bolívar. Me dije “bueno, también
tienen su gente”. Al rato tuiteros acuciosos habían descubierto que esa
fotografía no era de 2016. Con esa información imaginé el último reporte
del día por parte de los cuerpos de inteligencia: “Señor Presidente,
por favor mande a quitar esa foto que montó Diosdado. Somos el
hazmerreir del mundo, ya los escuálidos descubrieron que es de 2012”.
Hay muchas razones por las que queremos revocar a este gobierno, una de
ellas es el uso de mentiras como esta.
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