Viajar a través del tiempo
La diferencia con los países que podrán visitar
su futuro, es que nosotros no vamos a ir de visitar al pasado, vivimos
en el pasado gracias al socialismo del Siglo XXI
Revisando
el Diario El País de España de fecha 15 de febrero de 2016, me tope con
la noticia sobre el descubrimiento de las ondas gravitacionales. El
científico Kip Thorne del Tecnológico de California y creador del
Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO),
anunció al mundo que se habían detectado por primera vez ondas
gravitacionales llegando a la Tierra que oscilan en períodos de
milisegundos. Estas ondas se produjeron por la fusión de dos agujeros
negros 6 veces más grandes que el sol, hace unos 1300 millones de años.
Lo relevante de este descubrimiento,
según Thorne, es que tendremos la posibilidad en los próximos años, y
con la tecnología que hoy se diseña para ello, de captar períodos 1000
veces más largos de minutos, horas o inclusive de años y décadas. Señala
textualmente este científico en la entrevista que “verías el tiempo
acelerándose y atrasándose, verías al espacio estirarse y contraerse de
forma muy violenta. Viajarías en el tiempo de alguna forma porque el
tiempo correría hacia adelante más lento de lo normal y luego mucho más
rápido, todo de forma salvaje”.
En dos platos amigo lector, estaríamos
cada vez más cerca de hacer realidad aquella película protagonizada por
Michel J. Fox, llamada “Volver al Futuro”. Tal posibilidad pone los
pelos de punta. Solo imagínense lo que nos hubiésemos evitado de haber
tenido en 1998 ese adelanto científico a la mano. Definitivamente se ha
renovado mi fe en la ciencia como el camino más seguro para el progreso
de la humanidad. Esto por supuesto, con el perdón de Bonifacia, la Bruja
de Casalta, a quien siempre le agradeceré haberme alertado a tiempo
sobre el futuro que me esperaba de haberme casado con la Yuleisi.
No niego que cuando leí la noticia no
salí de mi asombro. Sin embargo, tres vasos de ponsigué on the rock y
una amena conversación con mi compadre Chuito, me hicieron reflexionar
en torno a tan importante descubrimiento. Mi primera conclusión es que
este adelanto de la ciencia opera solo para los países desarrollados.
Ellos si sienten necesidad de observar cual será su futuro porque
delante de ellos no hay nadie. Están a la vanguardia del desarrollo, lo
que quiere decir que prácticamente el futuro lo labran ellos sin ayuda.
Es por esto que les sería bueno, antes de experimentar, echar una ojeada
para ver cómo les iría si tomaran tal o cual camino.
En el caso de los países de este lado
del mundo la cosa es como más fácil. Nuestros experimentos para lograr
el desarrollo no son a ciegas. Tenemos la fortuna de que sin invertir en
adelantos tan sofisticados y costosos para observar nuestro futuro,
podemos predecir cómo nos irá con solo ver como les fue al resto de los
países. Lo que pasa es que no aprendemos con cabeza ajena. Los fracasos
de Cuba, Albania, la URSS, la RAE y Corea del Norte siempre estuvieron
allí de espejo. Los únicos que no advertimos lo que nos venía a partir
de 1998 fuimos nosotros. Para nada nos hacía falta analizar ondas
gravitacionales.
Pero tampoco es que estamos a la cola de
todo lo bueno que pasa en el mundo. Si bien las estadísticas de
cualquier cosa nos colocan detrás de la ambulancia, hay algo en lo que
nosotros podemos sorprender al primer mundo, a ese mundo que está
próximo a conocer el futuro. Ningún país ha desarrollado con tan alto
nivel de eficiencia nuestra capacidad de encontrarnos con el pasado. En
tan solo 17 años hemos regresado al siglo XIX, sin hacer ni una parada
para echar gasolina en el siglo XX.
Si creen que exagero, echen un vistazo a
nuestra vida diaria: ya se impuso el trueque como forma de intercambiar
bienes y servicios, el conuco volvió para quedarse, la tusa vuelve a
cumplir su papel higiénico, la miel sustituyó a los desaparecidos
antibióticos, las plantas eléctricas ya alumbran nuestras casas, el
pilón y el tinajero servirán para hacernos de harina de maíz y agua
filtrada una vez expropiada La Polar, la cocina de kerosene nos salva de
la falta de gas gracias a la ineficiencia de Pdvsa, el guayacol nos
alivia el dolor de muelas y el gasto de odontología. La diferencia con
los países que podrán visitar su futuro, es que nosotros no vamos a ir
de visitar al pasado, vivimos en el pasado gracias al socialismo del
Siglo XXI.