Tendremos que sacrificarnos
Reuniré a la familia para que sea conocido y
discutido. Seguramente me pedirán los 8 días de Ley para su estudio. Sin
embargo ante lo trascendente de las medidas, decidí hacer público el
Decreto ya que puede ser muy útil para algunos de mis colegas profesores
Es
el momento de decretar medidas de emergencia económica en mi casa. Sigo
al gobierno en esta iniciativa. Tendré que llamar a la Asamblea de mi
familia para que lo apruebe. Seguramente tendré que negociar algunas
para colar otras. Sonará muy tétrico, pero aplicaré aquel planteamiento
dilemático de Vargas Llosas ante las candidaturas de Alan García y
Ollanta Humala para la Presidencia del Perú. Señalaba el Nobel que el
pueblo debía escoger entre dos males, “¿de qué quieres morir?”,
preguntaba, “¿de SIDA o de Cáncer?”. Pero los tranquilizaré diciéndoles
que es solo por 60 días.
Con mi sueldo de profesor universitario
más lo que arrima para el mingo mi esposa, es inviable la economía
hogareña. Otra vez se plantea la posibilidad de vender el carro para
poder pagar el seguro. Siempre es una opción convencer a mis hijos para
que tomen los hábitos religiosos. Los votos de pobreza podrían
ahorrarnos pagos de estudios, cumpleaños, salidas a la playa, subsidio
de salidas con novios y novias, vestuario de marca y teléfonos
inteligentes. Descarto la venta de enseres domésticos con perros
incluidos. Nadie tiene plata para comprar corotos viejos y mucho menos
para mantener animales que consumen 25 kilos de alimento al mes.
Traté de asesorarme con el nuevo
ministro de economía, pero ante la imposibilidad de contactarlo decidí
redactar mi propio Decreto. Es cierto que no conozco de economía, pero
soy sociólogo y al parecer con eso es suficiente. Mañana reuniré a la
familia para que sea conocido y discutido. Seguramente me pedirán los 8
días de Ley para su estudio. Sin embargo ante lo trascendente de las
medidas, decidí hacer público el Decreto ya que puede ser muy útil para
algunos de mis colegas profesores. Total, el próximo aumento quien sabe
cuándo lo recibiremos.
Entre las medidas más perentorias está
la de prohibir la compra de desodorantes. Recurriremos al refill con
bicarbonato, limón y un poquito de sábila para que le de consistencia.
Ya no se contratará más a la señora que plancha, cada uno colocará su
ropa debajo del colchón. A los 3 días saldrá más lisa que de tintorería.
Los perros serán sometidos a dieta estricta, están gordos y eso es
dañino para la salud, comerán una sola vez al día, si es que algo sobra
de las nuestras. Hablando de eso, comeremos solo 2 veces al día.
Acostarse sin cenar ayuda contra la obesidad. No hará falta pagar el
gimnasio.
Otras medidas: novios y novias podrán
hacer visita depositando al entrar una pastilla de jabón de baño o un
paquete de harina de maíz. Por cierto deben asegurarse de llegar comidos
o en su defecto traer su viandita con su bebida. Suspenderé la
televisión por cable. Cada noche alguno improvisará un stand up para
entretener a la familia. Volveremos a la carta de puño y letra, pues
dejare de pagar el internet. Cuando quieran buscar información, tendrán
que navegar por los estantes de la Biblioteca de la universidad. Nos
excusaremos de asistir a eventos sociales que supongan la entrega de
regalos.
Demás está decir que se acabó la
compradera de whisky, vino, cerveza, torta, helados, snaks, queso
amarillo, chocolates, jamón serrano, refrescos, salsa barbecue,
palmitos, carne para parrilla, carne para no parrilla, pescado, aceite
de oliva, kiwis, libros de autoayuda, palos para selfies, bebidas para
aumentar la masa muscular, papel aluminio y aparaticos eléctricos para
rebajar la grasa. ¿Qué cuando saldremos como familia a divertirnos?,
pues muy sencillo, los domingos a misa. Además de que no cobran entrada,
nos podremos salir al momento en que recojan la limosna.
Entre las medidas para generar ingresos:
se alquilarán a los perros para fiestas infantiles. Con un pequeño
retoque podrán pasar por ponys y los niños disfrutarán cabalgando sobre
ellos. El carro se utilizará para ir al trabajo o para trasladar al
aeropuerto a quien esté dispuesto a pagar la carrera. En casos
excepcionales como urgencias por salud, podrá ser usado sin cobro. Esta
medida opera si el aquejado es de la familia, claro está. Se harán cine
foros los fines de semana, se cobrará la entrada a precio razonable.
Para los efectos se dispondrá del BluRay de Marianita, mi hija menor.
Nos rotaremos como comentaristas.
Hay otras medidas que se irán
implementando, previa evaluación de las expuestas, tal como sugiere el
libro de macroeconomía que pedí prestado. Pero no me engaño, sé muy bien
que encontraré resistencias, pero requiero del trabajo mancomunado y de
la voluntad política de mi familia para salir de la crisis. Se las
verán duras, es cierto, pero deben entender que si no tomo esas medidas
no podré seguir ayudando económicamente a mi compadre Chuito quien, sin
trabajo desde hace 5 años, se las ve cada vez más negra para darse los
lujos que exige su vida de eterno bohemio de la noche caraqueña. Todos
tendremos que sacrificarnos.
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