lunes, 25 de enero de 2016

Tendremos que sacrificarnos

Familia

Reuniré a la familia para que sea conocido y discutido. Seguramente me pedirán los 8 días de Ley para su estudio. Sin embargo ante lo trascendente de las medidas, decidí hacer público el Decreto ya que puede ser muy útil para algunos de mis colegas profesores
Es el momento de decretar medidas de emergencia económica en mi casa. Sigo al gobierno en esta iniciativa. Tendré que llamar a la Asamblea de mi familia para que lo apruebe. Seguramente tendré que negociar algunas para colar otras. Sonará muy tétrico, pero aplicaré aquel planteamiento dilemático de Vargas Llosas ante las candidaturas de Alan García y Ollanta Humala para la Presidencia del Perú. Señalaba el Nobel que el pueblo debía escoger entre dos males, “¿de qué quieres morir?”, preguntaba, “¿de SIDA o de Cáncer?”. Pero los tranquilizaré diciéndoles que es solo por 60 días.
Con mi sueldo de profesor universitario más lo que arrima para el mingo mi esposa, es inviable la economía hogareña. Otra vez se plantea la posibilidad de vender el carro para poder pagar el seguro. Siempre es una opción convencer a mis hijos para que tomen los hábitos religiosos. Los votos de pobreza podrían ahorrarnos pagos de estudios, cumpleaños, salidas a la playa, subsidio de salidas con novios y novias, vestuario de marca y teléfonos inteligentes. Descarto la venta de enseres domésticos con perros incluidos. Nadie tiene plata para comprar corotos viejos y mucho menos para mantener animales que consumen 25 kilos de alimento al mes.
Traté de asesorarme con el nuevo ministro de economía, pero ante la imposibilidad de contactarlo decidí redactar mi propio Decreto. Es cierto que no conozco de economía, pero soy sociólogo y al parecer con eso es suficiente. Mañana reuniré a la familia para que sea conocido y discutido. Seguramente me pedirán los 8 días de Ley para su estudio. Sin embargo ante lo trascendente de las medidas, decidí hacer público el Decreto ya que puede ser muy útil para algunos de mis colegas profesores. Total, el próximo aumento quien sabe cuándo lo recibiremos.
Entre las medidas más perentorias está la de prohibir la compra de desodorantes. Recurriremos al refill con bicarbonato, limón y un poquito de sábila para que le de consistencia. Ya no se contratará más a la señora que plancha, cada uno colocará su ropa debajo del colchón. A los 3 días saldrá más lisa que de tintorería. Los perros serán sometidos a dieta estricta, están gordos y eso es dañino para la salud, comerán una sola vez al día, si es que algo sobra de las nuestras. Hablando de eso, comeremos solo 2 veces al día. Acostarse sin cenar ayuda contra la obesidad. No hará falta pagar el gimnasio.
Otras medidas: novios y novias podrán hacer visita depositando al entrar una pastilla de jabón de baño o un paquete de harina de maíz. Por cierto deben asegurarse de llegar comidos o en su defecto traer su viandita con su bebida. Suspenderé la televisión por cable. Cada noche alguno improvisará un stand up para entretener a la familia. Volveremos a la carta de puño y letra, pues dejare de pagar el internet. Cuando quieran buscar información, tendrán que navegar por los estantes de la Biblioteca de la universidad. Nos excusaremos de asistir a eventos sociales que supongan la entrega de regalos.
Demás está decir que se acabó la compradera de whisky, vino, cerveza, torta, helados, snaks, queso amarillo, chocolates, jamón serrano, refrescos, salsa barbecue, palmitos, carne para parrilla, carne para no parrilla, pescado, aceite de oliva, kiwis, libros de autoayuda, palos para selfies, bebidas para aumentar la masa muscular, papel aluminio y aparaticos eléctricos para rebajar la grasa. ¿Qué cuando saldremos como familia a divertirnos?, pues muy sencillo, los domingos a misa. Además de que no cobran entrada, nos podremos salir al momento en que recojan la limosna.
Entre las medidas para generar ingresos: se alquilarán a los perros para fiestas infantiles. Con un pequeño retoque podrán pasar por ponys y los niños disfrutarán cabalgando sobre ellos. El carro se utilizará para ir al trabajo o para trasladar al aeropuerto a quien esté dispuesto a pagar la carrera. En casos excepcionales como urgencias por salud, podrá ser usado sin cobro. Esta medida opera si el aquejado es de la familia, claro está. Se harán cine foros los fines de semana, se cobrará la entrada a precio razonable. Para los efectos se dispondrá del BluRay de Marianita, mi hija menor. Nos rotaremos como comentaristas.
Hay otras medidas que se irán implementando, previa evaluación de las expuestas, tal como sugiere el libro de macroeconomía que pedí prestado. Pero no me engaño, sé muy bien que encontraré resistencias, pero requiero del trabajo mancomunado y de la voluntad política de mi familia para salir de la crisis. Se las verán duras, es cierto, pero deben entender que si no tomo esas medidas no podré seguir ayudando económicamente a mi compadre Chuito quien, sin trabajo desde hace 5 años, se las ve cada vez más negra para darse los lujos que exige su vida de eterno bohemio de la noche caraqueña. Todos tendremos que sacrificarnos.

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