lunes, 21 de octubre de 2024

 

Las ocurrencias del poder, por Tulio Ramírez

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El ejercicio del poder puede conducir a errores. Total, es una actividad humana como cualquier otra, por ello no está exenta de decisiones equivocadas, metidas de pata o “errores de cálculo” como les gusta decir a mis amigos politólogos cuando hacen diagnósticos sobre decisiones gubernamentales.

Equivocarse como gobernante no está ligado solo a la falta de experiencia, Títulos académicos o asesoramiento. Por supuesto, la probabilidad de cometer errores se reduce considerablemente si hay experiencia, estudios y políticos con kilometraje que asesoren. Sin embargo, la presencia de ellos tampoco garantiza inmunidad absoluta.

Un factor que sí minimiza las decisiones equivocadas, son los contrapesos. Por ello, en democracia los gobernantes suelen ser más cuidadosos. Estar bajo el escrutinio permanente del resto de los poderes, los medios de comunicación, las organizaciones no gubernamentales y la opinión pública, extreman la prudencia. No así sucede cuando el poder se ejerce de manera omnímoda. Los caprichos del Supremo, se convierten en Ley, “salga sapo o salga rana”. Y, por supuesto, si sale algún sapo o alguna rana, van presos.

La Historia nos informa sobre muchas decisiones que se saltaron la racionalidad y el sentido común. Algunas de ellas han sido risibles por absurdas, pero otras fueron nefastas para los gobernados.

Por ejemplo, el caso del Emperador romano Calígula es emblemático. Durante su breve mandato cometió un sinnúmero de arbitrariedades y abusos contra su pueblo. Una de ellas fue la exigencia a los senadores a que lo adoraran como a un dios. Así, valiéndose de la condición de Ser Divino, tomaba como tributo a las esposas de los parlamentarios como concubinas. Calígula “El Dios Gozón”, le dirían hoy día.

Otro caso es el Decreto de Ne Win, quien gobernó a Birmania entre 1962 y 1981. Como era extremadamente supersticioso y deseaba llegar a los 90 años, ordenó que solo las monedas y billetes que fuesen divisores de 90, como las de 15, 30 y 45 Kyat, fueran las únicas validas en el país. Esto ocasionó la ruina de muchos birmaneses que acumulaban monedas de diferente valor. Si bien no le quitó ceros a la moneda, el efecto fue el mismo.

Para 2005, en Biritiba Mirim, un pueblo de 28.000 habitantes a 70 kilómetros de Sao Paulo, el alcalde Roberto Pereira da Silva envió a los concejales una ley que prohibía a sus ciudadanos, morirse en la ciudad. Los concejales pensaron en inhabilitarlo porque se le corrió una teja, pero resulta que no estaba tan tocado. Su idea era llamar la atención a las autoridades federales sobre la saturación del cementerio. Ni tan loco el burgomaestre.

También viene a cuento una del Partido Comunista Chino. Revisando mis recortes de periódicos ya amarillentos (sí amigo lector, en Venezuela se podía recortar el periódico porque eran impresos en papel), consigo que en 2011, el gobierno comunista mediante un acto administrativo con carácter de ley, prohibió la reencarnación del Dalai Lama. La verdad no se quien alucinaba más, si el que creía en la reencarnación o el que la prohibía.

En marzo de 2014, Pierre Nkurunziza, uno de los tantos dictadores que tuvo Burundi, prohibió la práctica del running o trote recreativoPensaba que sus opositores salían a correr no para ejercitarse, sino para protestar. Su miedo lo llevó a encarcelar a miembros del Movimiento Solidaridad y Democracia por organizar carreras y maratones. Sospechaba que se trataba de actividades subversivas y terroristas. La paranoia y el miedo son rasgos comunes de los dictadores en todas partes del mundo.

Otros mandatarios se han atrevido a regular áreas que son de la estricta esfera individual. Por ejemplo, hacer de la felicidad un asunto de Estado, con su burocracia, su viceministerio y presupuesto, es asumir que absolutamente todo puede ser objeto de control por parte del poder. Pretender que la felicidad del pueblo se podía planificar y gerenciar desde oficinas ministeriales es más que una traviesa ocurrencia, megalomanía.

El ejemplo más reciente del ejercicio “creativo” del poder es el del adelanto de la navidad. Decretar sin argumento alguno que se adelante para el mes de octubre una fiesta que en todo el mundo cristiano es celebrada durante el mes de diciembre, no parece tener una explicación que vaya más allá de una medida pintoresca.

Sin embargo, para el venezolano común tan extraño acto de gobierno tiene una sola explicación, estirar la carpa del circo hasta donde sea posible, para que todos pasemos la página electoral a punta de gaitas y triquitraquis. ¿Lo lograrán?


jueves, 17 de octubre de 2024

 

El impacto de las frases y su autoría, por Tulio Ramírez

frases opinión
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Es muy común que frases célebres sean atribuidas erróneamente a personajes famosos. Este tipo de asociación potencia la frase dándole mayor credibilidad. “Si lo dijo fulanito, entonces debe ser cierto”, o, “si lo dijo zutano, créelo con los ojos cerrados. Él, de bolsa, no tiene nada”. Expresiones como esas son lo que uno escucha, no solo de personas poco informadas, también de quienes tienen amplia cultura general y, hasta de gente muy “estudiada”.

Es lo que se conoce como “juicio de autoridad”. Al final, no importa si el que dijo la frase es a quien se le atribuye. Basta con que en el imaginario colectivo se establezca la asociación “Autor Creíble-Mensaje” para darle crédito y valor al contenido.

En mercadeo es muy usada esta fórmula. Recuerdo que todo lo que promocionaba Renny Ottolina o El Musiú Lacavalerie, era asumido como producto confiable. Ambos, aseguraban ante las cámaras, que promocionaban productos solo si antes verificaban su calidad. Eran tan convincentes que las expresiones “Clase Aparte” usada por Renny para referirse a los cigarrillos Viceroy y “Distancia y Categoría” usada por El Musiú para promocionar los Trajes Montecristo, se incorporaron al habla popular para distinguir “lo exclusivo” de “lo vulgar”.

Otro tema es el del impacto de la frase. Muchas llegan a convertirse en norma moral. “Más fácil es que pase un camello por el ojo de una aguja, a que un rico entre en el reino de Dios», es una de ellas. Atribuida a Jesús según los Evangelios de Mateo (19:24), Marcos (10:25) y Lucas (18:25), alerta sobre el riesgo espiritual de que la riqueza puede convertirse en un obstáculo para la fe, si se adora más que a Dios. Si bien poco ha servido para disminuir la pichirrez de muchos ricos, ha sido usada para avergonzarles y recordarles su destino cuando pasen al otro Barrio.

Es cierto que la mayoría de las frases que se incorporan al habla común, no cuentan con avales o certificaciones de la magnitud del trío de santos mencionados en el párrafo anterior.

La certificación de que existe una relación entre un Autor y una Frase, es lograda comúnmente por la técnica del rumor. Si se dice mil veces que “A” es el autor de la frase “C”, no hay forma de atribuírselo a “B”. Mientras no se demuestre lo contrario, para el colectivo “A” seguirá siendo el autor.

Por ejemplo, se ha atribuido a Napoleón la expresión «La historia la escriben los vencedores.» Esta frase, que sugiere que el relato de los acontecimientos históricos está condicionado por quienes los ganan, es muy popular y cónsona con el pensamiento de Bonaparte. Sin embargo, no hay evidencia concluyente de que él la haya pronunciado.

Otro personaje a los que se le atribuyen cientos de frases tremendistas es a Albert Einstein. “El 90% de las personas utiliza solo el 10% de su cerebro», es una de ellas. Esta idea, que ha sido utilizada desde la autoayuda hasta la ciencia ficción, no consta en ninguna parte que proviene del Premio Nobel alemán.

Los venezolanos no somos la excepción. Por ejemplo, somos expertos en atribuirle a Bolívar, cualquier máxima que constituya una lección para gobernantes y militares. “Todo con maña se puede”, es una de las innumerables frases que le achacan. Aunque refleja cierta astucia y capacidad de adaptación, que podrían asociarse con las estrategias políticas y militares del Libertador, no existe evidencia histórica que la vincule directamente con él.

Pero no siempre se atribuyen frases a personajes históricos con la idea de potenciar la credibilidad de su contenido. Muchas veces sucede lo contrario, se inventan frases para atribuírselas a personajes famosos con la intención de destruir su legado o imagen.

Por ejemplo, a Rómulo Betancourt se le atribuye una frase que nunca mencionó pero que sirvió para crearle una imagen de gobernante irresponsable y represor. Es el caso de “Disparen primero y averigüen después”. No existe fuente documental o testigo que confirme que la expresión sea de la autoría del ex presidente. 

Ahora, una cosa es descubrir el “Fake New” y desvirtuar la autoría atribuida a determinada frase, pero otra es invalidar su eventual sentido sabio. Por ejemplo, la emblemática y muchas veces repetida Dale poder a un ignorante y lo convertirás en un Tirano, atribuida erróneamente a Winston Churchill, indudablemente que es una verdad del tamaño de un Templo. ¿Quién lo podría dudar, con tantos ejemplos que lo confirman?