lunes, 11 de octubre de 2021

 

Milagros de la Revolución, por Tulio Ramírez

Milagros de la Revolución
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Twitter: @tulioramirezc


Que bien que nuestro Comandante en Jefe, Heredero del Trono y Sabio entre los Sabios, decretara la llegada de la navidad en octubre. Era lo que estaba esperando el país para levantar el ánimo, el codo y otras cosas que no puedo nombrar, porque este periódico se lee en horario Todo Público y soy muy respetuoso de todas las leyes revolucionarias, menos de aquéllas que me perjudican, claro está.

Llamaré a mi Comadre Camucha para que se deje de tanta quejadera oposicionista. Deberá entender que, una vez decretada la navidad, se hará cumplir el inciso que obliga a los camaradas a ser felices, o por lo menos mostrar cara de felicidad, so pena de ser calificados como vendidos al imperialismo. En eso, agarramos ejemplo de nuestro país hermano, al cual nos unen lazos históricos, Corea del Norte.

La última vez que hablé con Camucha, me dio la sensación de que la oposición apátrida, peripatética, superfragislística, sorda, muda y testaruda (como diría la camarada Shakira), tiene a la comadre toda angustiada y de mal humor. No sale de una tibiera con el gobierno por cualquier pendejada. Cómo si nuestro mandatario tiene la culpa hasta del calor sofocante. Claro ella para fregarlo, critica que no puede prender los ventiladores por la falta de electricidad. Habrase visto lo retorcido del argumento. 

Lamentablemente esos opositores que lo único que tienen entre ceja y ceja, es arrebatar el poder al segundo mejor Presidente de la Historia de Venezuela, le han metido muchos grillos en la cabeza. El objetivo ha sido distorsionar su percepción sobre la realidad que le rodea.

Es verdad que ella siempre fue muy rebelde y contestataria. Pero tal actitud se justificaba en la IV República. Durante esa insufrible época, a los pobres en Margarita no les quedaba otra opción para poder comer, que gastar el dinero ganado de sol a sol. De igual manera, para acceder al dólar, tenían que ir a las casas de cambio, hacer una cola y comprarlos. Ni hablar de la incomodad de lidiar con turistas que llegaban exigiendo servicios y atenciones. Era extenuante hacerlos sentir bien. Afortunadamente eso se acabó porque llegó el Comandante y mandó a parar.

Pero con independencia de esas evidencias que son difíciles de ocultar, Camucha cree que ahora se vive peor en la Perla del Caribe. La pobre no logra ver los cambios que han hecho que la isla sea más humana y confortable. Desde que Chávez cerró los Casinos y dejó que los Ferry naufragaran por falta de mantenimiento, se truncó el camino hacia la perdición capitalista.



Muchas cosas buenas ha traído la revolución a la isla. Para muestra, varios botones. Camucha ya no tiene que madrugar para montar el puesto de empanadas. No hay turistas amanecidos buscando desayunar barato. Ahora puede dormir hasta las 12 del mediodía, si quiere.

Tampoco tiene que ocuparse de enriquecer a los dueños de abasto porque la comida le llega a través de la caja CLAP. ¿Qué no le alcanza para sus 4 muchachos?, eso es relativo, lo que pasa es que los acostumbró a comer mucho y eso no es culpa del gobierno. ¿Qué son productos de mala calidad?, eso es relativo, ella debe entender de una vez por todas que los lujos gastronómicos envilecen a la persona y esa herencia del capitalismo debemos desterrarla de nuestro sistema gustativo y digestivo.

Lo mejor es que ahora ni siquiera tiene que trabajar porque recibe los Bonos del gobierno. Tampoco tiene que lucir vestimentas de lujo y calzados costosos, porque si todos somos igual de pobres, no tenemos por qué alardear con estar a la moda. Eso tranquiliza y amaina el pecado capitalista del consumismo y la vanidad.

Finalmente, ahora el dólar se consigue muy fácil en Venezuela, y sobre todo en Margarita. No llega por el turismo, porque no hay, pero hasta los pescadores compran su botellita de ron en verdes y no tienen que ir a las casas de cambio a comprarlos porque no existen. ¿Qué de dónde llegan?, vaya usted a saber, ese es uno de los milagros de la revolución

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