lunes, 4 de enero de 2021

 

Hay que rectificar, por Tulio Ramírez

FacebookTwitterWhatsAppTelegramEmail

Twitter: @tulioramirezc


Como recordarán, apreciados lectores, para las Navidades de 2020 no escribí carta al Niño Jesús ni a ninguno de sus colaboradores. Hice mi consabida petición navideña a los venezolanos y, especialmente, al liderazgo de la oposición. Muchos me tildaron de incrédulo porque nadie la leería. También me acusaron de “cortanota” porque iba en contra de la tradición. Por esa época, la mayoría de los columnistas “medio jodedores” escriben sus ingeniosas misivas al santo niño. Pues no lo hice.

En esta ocasión me “enserié” y decidí apartarme de lo “humorísticamente correcto”.

Como buen despalomado, caí en la cuenta de que el asunto no se solucionaba con milagritos extraterrenales, ni por intervenciones extraterritoriales y, mucho menos, por acuerdos de conciliábulos internacionales que, aun con sus buenas intenciones y necesarios apoyos, tienden a ser poco útiles para lograr lo que más del 80% de los venezolanos desea.

Hoy, 4 de enero, a pocos días de la venida de los Reyes Magos, mantengo mi posición. No les haré petición alguna. Mi comadre Camucha trató de convencerme con el consabido argumento: “Hágalo, compadre, quién sabe si esta vez lo oyen y le concedan el milagrito”. A pesar de que la comadre es mi fan número uno y por mucho tiempo única lectora de mis artículos, no le hice caso. Los Reyes tendrán que esperar, total, vienen todos los años.

Más bien quiero comenzar el 2021 con una petición a ese extraño ente que en singular llamamos “la oposición”, pero que realmente es un collage de muchas piezas diferentes que, al juntarlas, parece más bien un cuadro de Picasso que uno de nuestro maestro Arturo Michelena.

La carta será breve. No quiero abundar en palabras para evitar que expertos en opinar —pero no en hacer—, mánager de tribuna, politólogos sin título, cazagüires del pensamiento ajeno y autodenominados estrategas que no han ganado la primera batalla en su vida, consigan elementos para triturar y descalificar lo que con toda seguridad comparte medio mundo. Bueno, a lo que vinimos:

Apreciados líderes, seré breve para no hacerles perder tiempo. Creo que llegó la hora de rectificar. Definitivamente, algo no se está haciendo bien. A pesar de que hemos usado muchas fórmulas no se ha logrado el objetivo. Esto se cuenta y no se cree. Teniendo un descontento hacia el gobierno de más del 80% de la población, lo que se ha logrado en estos últimos tiempos es que, paradójicamente, se eleve el descontento hacia los partidos opositores.

Ahora toca el camino de Santiago pero en muletas y descalzos. Recuperar la confianza y credibilidad de la gente no va a ser fácil. Ninguno de los pedazos de la oposición ha logrado elevar el entusiasmo. Los “invasionistas” se quedaron en la orilla de la playa esperando a los marines; los “colaboracionistas” son excesivamente ídem como para sembrar verdaderas esperanzas de cambio; los “abstencionistas” nos ofrecieron un camino que no se ve en el mapa y los “golpistas” deben andar por El Tocuyo esperando las fiestas patronales.

Vamos a estar claros, la fuerza real con la que se cuenta es el descontento de la población, la cual solo es posible expresarla de dos maneras: en protestas y en votos.

Considero que nuestros partidos de oposición deben concentrarse en lograr articular ambas, sin descuidar, por supuesto, la presión constante al CNE por mejores condiciones electorales. En eso la comunidad internacional puede ayudar mucho.

Para concluir y antes de que los opositólogos atrincherados en las redes salgan con el sambenito “dictadura no sale con votos”, les recuerdo que con esa sentencia lo que nos quedaría sería la inmovilización total, a la espera del fulano “milagrito”. Amigos, con el chavismo nunca tendremos tales condiciones, así como no las tuvo Lech Walessa en Polonia ni Mandela en Sudáfrica ni Alwin en Chile y todos ganaron. La mayoría unida en propósito y acción es indetenible. Hay que rectificar. Feliz 2021 para ustedes y sus familias.

Tulio Ramírez es Abogado, Sociólogo y Doctor en Educación. Profesor en UCAB, UCV y UPEL.

No hay comentarios:

Publicar un comentario