Las palabras sirven para todo
Este es un claro ejemplo de la teoría del espejo
aplicada por los nazis, atribuir al otro los desmanes propios.
Definitivamente las palabras sirven para todo
La palabra es
mágica. Los grandes escritores que ha parido la humanidad así lo
afirman. Juan, en su santo evangelio, nos recuerda que “en el principio
fue el verbo y el verbo estaba con Dios”, lo que vale decir que el verbo
era Dios hecho palabra. Sin ser un exegeta de las sagradas escrituras,
se deduce entonces que al afirmar que el universo fue creado por Dios,
estamos afirmando a su vez, que fue creado por la palabra. Así pues, la
palabra crea realidades. Por la palabra conocemos lo que nos rodea, tan
es así que algo nos es desconocido cuando no encontramos la palabra para
identificarlo. Los límites de nuestro mundo están determinados por
nuestras palabras. Por la palabra nos comunicamos y nos entendemos. Con
ella es posible lograr la paz por permitir la comunicación entre los
hombres. Pero también es cierto que la usamos para engañar, ofender,
jurar en vano, blasfemar, maltratar, humillar, acusar y para declarar la
guerra.
Las palabras han servido para transmitir
la verdad pero también para crear ilusiones. Los malabaristas las usan
para embaucar a ilusos que terminan comprando la luna porque está en
rebaja. Desde la buena fe nos movemos según los giros que emanan de las
palabras usadas por el otro. Dice la sabiduría popular que más vale
tener un enemigo sincero y franco que un amigo que solo te dice lo que
quieres escuchar. Del primero siempre sabremos a qué atenernos, del
segundo solo lo sabremos cuando nos aseste la puñalada artera. Esto es
lo que le ha pasado a muchísimos venezolanos. Hemos seguido a flautistas
y nos hemos dejado seducir como lo hace con las Cobras, los
encantadores de serpientes. ¿Qué es muy difícil engañar al venezolano ya
que es zamarro y vivaracho?. Quizás sea cierto, pero siempre aparece
alguien alardeando haber comprado el Panteón Nacional a precio de
gallina flaca. Además pagando solo la mitad de lo convenido por la
urgencia del vendedor. ¡Tremendo negocio, siemprevivo!
Si analizáramos el discurso de la
revolución chavomadurista durante los últimos 18 años, comprenderíamos
por qué les costó tanto a los líderes y mandatarios del mundo entender
las denuncias de la disidencia criolla. Esta retórica ha ocultado de
manera deliberada la realidad de la destrucción económica, política,
social, moral e institucional, de un país cuyo pueblo hoy pide se le
respete su derecho a ser libre. Es el uso de la palabra para el engaño.
Mientras caen asesinados más de 70 jóvenes por resistirse a una
constituyente que acabará con la república, mientras asaltan de una
manera feroz a residencias privadas, mientras arrestan a miles de
hombres que no han cometido delito, el gobierno empalaga al país con una
verborrea hippie, pacifista, rosadita y comeflor, que hasta los
inocentes cervatillos que actúan como actores de reparto en Bambi, la
protestarían por excesivamente edulcorada e hipócrita.
Pero no solo se trata del discurso
presidencial. Un autodenominado Colectivo de Psicólogos y Psicólogas
Bolivarianos organizó entre el 11 y el 14 de junio de 2017, el I Foro
Internacional de Psicología “Violencia y operaciones psicológicas en
Venezuela”. Además de la representación criolla, vinieron 11 invitados
internacionales (supongo que con los gastos pagos) para discutir
“objetivamente” sobre el tema. En la declaración final se coloca como
primera conclusión que en nuestro país se evidencian “operaciones
psicológicas destinadas a alterar la psiquis individual y colectiva con
el fin de generar condiciones propicias para la desestabilización”.
¡Vaya pa’ la auyama!. Según estos expertos no es por la escasez de
alimentos, medicinas y por lo que representa la constituyente comunal,
que los venezolanos han estado protestando en las calles por más de 80
días, exponiéndose a ser asesinados y encarcelados. La verdadera razón,
según estos investigadores de la psiquis humana, es porque fuimos
lobotizados por el twitter, el Instagram y el Facebook y, cual zombis de
mala película mexicana, nos hemos metido entre ceja y ceja que hay que
desestabilizar al inocente e incomprendido gobierno. No me jodan.
Pero esto no es todo. En el documento
final se utilizan expresiones como “la paz”, “la tolerancia”, “el
reconocimiento del otro”, “la promoción y estimulación de la reflexión
crítica” además de “la necesidad de generar espacios de discusión,
debate y dialogo que estimulen el intercambio dentro de las reglas
éticas de convivencia para la sana confrontación de ideas”. Parole,
parole, parole como dirían los italianos Mina y Alberto Lupo. Puras
palabras. La realidad está muy lejos de esas “sesudas conclusiones”. La
acción cotidiana del gobierno de Maduro está muy lejos de esas
expresiones lingüísticas. Lo real es que el gobierno es intolerante, no
reconoce al otro, no debate, no confronta ideas, descalifica y
discrimina a quien no le es leal, reprime, persigue, apresa, viola la
constitución y las leyes, estigmatiza, insulta, controla a otros
poderes, allana, cierra medios e incomunica. Pero, en fin, nada
diferente se podía esperar de un Foro que, de acuerdo a la nota de
prensa de AVN del 14 de junio, asumió como uno de sus objetivos
“analizar el fenómeno de la violencia opositora promovida desde abril
pasado en Venezuela”. Este es un claro ejemplo de la teoría del espejo
aplicada por los nazis, atribuir al otro los desmanes propios.
Definitivamente las palabras sirven para todo.