lunes, 14 de enero de 2013

¡Porque me da la gana!


Tal Cual 14-01-2013
Aquí Opinan

TULIO RAMÍREZ


El compromiso de entregar este artículo a tiempo, me impide escribirlo después del 10 de enero de 2013. Por supuesto esto me da cierta desventaja ante los colegas que, por efectos del cronograma impuesto por nuestra querida coordinadora de página Gloria, pueden enviar sus trabajos después de la fecha más esperada por Venezuela y buena parte del mundo. Así entonces, mientras el lomito se lo comerán otros, me quedo frente a la computadora resignado a entrarle a algún tema, que frente a la toma de posesión, siempre será un pasapalo de yuca.

Por supuesto cuesta mucho abstraerse del tema presidencial, más ahora que los acontecimientos que se van sucediendo dan como para escribir un guión para la Radio Rochela. Que si Chávez manda a decir que ya va, que todavía no viene, en una carta que Maduro presenta a la AN, jurando por este puñado de cruces que el mismísimo Presidente se la dictó. Que si los chavistas de la Asamblea Nacional otorgan un permiso ad infinitum sin saber siquiera qué es lo que tiene el Presidente, bajo el científico argumento que reza "milagrero siempre se recupera". Que si el TSJ dice "denle plomo", pues si no era jurídicamente sustentable la Doctrina sobre el "bateo y corrido", ahora sí lo es, porque pa’ eso estamos.

Como se puede constatar da para tres buenos sketch. Sin embargo, dejaré esos temas a los sesudos colaboradores que enviarán sus trabajos después de consumado el acontecimiento más esperado, después del último Miss Universo, claro.

Lo que quiero destacar hoy, a propósito de cómo los voceros del oficialismo han enfrentado este asunto, es cómo la soberbia sumada al irrespeto a la sana lógica, ha orientado el comportamiento de muchos compatriotas.

Más allá del secretismo o medias verdades a cuentagotas, lo que se destaca es cómo tratan de imponer una interpretación de la Constitución que, hasta para los no entendidos, suena totalmente a golpe y no precisamente tuyero. Los novísimos juristas Cabello y Maduro utilizan como única fundamentación el medalaganismo, doctrina por cierto, que recuerda mucho al ausente. Traigo a colación esta manera de actuar, porque está calando en muchos venezolanos. Desde hace un tiempo los caraqueños hemos sido testigos de un hecho que ya adquiere connotación de fenómeno sociológico, el orinar en plena calle. Esta práctica dejó de ser exclusiva de borrachitos madrugadores o por emergencias sobrevenidas. Ahora vemos a plena luz del día y en descampado a motorizados, taxistas y, sobretodo, a muchos adultos contemporáneos no precisamente indigentes, orinar en cualquier esquina de la ciudad frente a todos y sin el menor pudor.

No hace mucho un joven vigilante de una farmacia fue masacrado a tiros por un cliente que sorprendió orinando en el estacionamiento. Si le preguntaran a estos incontinentes callejeros, el porqué escogen lugares públicos para hacer su necesidad, seguramente esgrimiría el contundente argumento que utilizan los jurisconsultos del régimen: ¡Porque me da la gana!

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